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Por la vía rápida

Azpeitia se impulsa en las victorias de los cadetes y los juveniles para llevarse con un pleno el título del Interpueblos ante Usansolo

Por la vía rápida

Larrabetzu - Azpeitia se llevó ayer las txapelas del Interpueblos de Euskal Herria en una final forjada en las victorias de los más jóvenes, aunque acabó con un pleno. En los partidos de cadetes y juveniles, los hermanos Alberdi fueron los más determinantes. Unai, el más joven, actuó en el frontón de Larrabetzu como zaguero con solvencia, al tener dos manos muy buenas, mientras que el mayor, el juvenil Jon, de 17 años, se debatió en los cuadros alegres con suficiencia y posee un instinto asesino increíble. De su catálogo de remates salió el punto definitivo para calzarse los trofeos. En el tercero, no hubo emoción, pero también fue para los guipuzcoanos.

Aun así, el envite decisivo fue el primero, ya que, dada la categoría del dueto juvenil azpeitiarra, se esperaba que el triunfo podía pasar por las otras dos categorías. Además, la cita fue un dechado de emoción y pimienta.

En el envite de jóvenes hubo de todo, pero, por encima de todas las cosas, sufrimiento. Aimar Egiguren y Unai Alberdi tuvieron que sudar la gota gorda para intentar superar a unos Egoitz Azkueta y Aingeru Gómez que mostraron una propuesta de juego muy sólida. De hecho, ambos duetos asomaron con pocas fisuras, pero la que más se notó llegó de la zurda del guardaespaldas de Usansolo. Alberdi posee pegada y soltura y puso en aprietos al usansoloztarra buscándole por la pared, para que sufriera, para que lo pasara mal. Aun así, la contienda que abrió la final del Interpueblos de EH y que, irremisiblemente, marcó el devenir de las txapelas, fue dura y peloteada. Superó los setenta minutos de duración y en él se descubrió la esencia de una pelota a mano seria y de trabajo.

Hubo igualadas a tres, a cuatro, a cinco, a once, a quince, a dieciséis, a diecisiete y a diecinueve. Hubo emoción. Y, al final, los de Azpeitia se llevaron el gato al agua.

En juveniles, la capacidad técnica de Jon Alberdi desniveló la cita, el global y la lana. Bien secundado por Egiguren, desnortaron a Koldo Prieto y Álvaro Ortiz por un holgado 22-6. No hubo color. El delantero guipuzcoano es pura magia. Ese fue el choque que cerró la victoria de Azpeitia. En el tercero, el de sénior, sin trascendencia, la victoria corrió del mismo lado, ya que Etxaniz-Uzkudun tumbaron a los vizcainos Asier Beitia y Jokin González (22-16).