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“Mejorar el 2016 va a resultar difícil, pero mi idea es seguir en la misma línea de progresión”

Ion Izagirre (Ormaiztegi, 1989) repasa con NOTICIAS DE GIPUZKOA sus perspectivas de cara a una temporada ilusionante, cambio de equipo incluido

“Mejorar el 2016 va a resultar difícil, pero mi idea es seguir en la misma línea de progresión”

-Fue bonito: en mi pueblo y en una disciplina que me hizo en su día meterme en el mundillo del ciclismo, gracias también al pasado deportivo del aita. Por una cosa o por otra, durante las últimas temporadas no había podido regresar a ella, pero el sábado sí pude participar. Resultó emocionante. Durante los días previos me puse hasta nervioso.

¿Qué le decían en su nuevo equipo?

-En octubre, durante una primera concentración que tuvimos, les comuniqué que quería estar el 31 de diciembre en la prueba de Ormaiztegi, y no me pusieron ninguna pega. También llamé a Eusebio Unzué porque, al fin y al cabo, iba a correr con el maillot del Movistar, y quería tenerle informado. Tampoco hubo ningún problema. Lo entendió perfectamente.

Con el material hubo más quebraderos de cabeza...

-Sí, sí. Con el tema de la bicicleta y de las ruedas anduve apurado hasta el último momento. Jose Cruz, el mecánico con el que coincidí en Euskaltel y que tiene una tienda en Beasain, se portó fenomenal y me montó una bici. Y la otra era de su hermano Jokin, que suele competir en categoría Master.

Terminó octavo, pero su trabajo está enfocado a la carretera. ¿Cómo va la pretemporada?

-Pues este año no tenemos la excusa del tiempo, que se está portando fenomenal. Estoy pudiendo entrenar bien. Por el momento no he perdido ningún día. Así que todo va por el buen camino.

Ayer estrenó el maillot del Bahrain Merida. ¿Cambia algo en su preparación?

-No, no. En cuanto a la preparación de la temporada, no voy a variar nada respecto a lo que era habitual en mí. No tienen mucho sentido cambiar cuando te va bien. Las modificaciones sí que las noto en cuanto a equipo, en cuanto a estructura. En diciembre estuvimos unos días concentrados en Croacia, y volví con un buen sabor de boca. Pese a tratarse de un equipo recién creado, de un proyecto que está arrancando, siempre tuve la sensación de estar en una escuadra sólida, seria, con gente muy profesional.

¿Y el ambiente entre los ciclistas?

-También muy positivo. Vamos a pasar muchas horas juntos durante toda la temporada. Y viene bien reunirse a estas alturas del año, para ir conociéndonos poco a poco.

Usted mismo lo dijo cuando se anunció su fichaje por el Bahrain Merida: la oferta era irrechazable.

-Sí. Hay momentos en la vida en los que te llegan oportunidades. Y a mí me ha ocurrido esta vez. La propuesta que me hicieron fue muy buena. Y no solo económicamente. También desde el punto de vista deportivo. Me comentaron que iba a ser la punta de lanza del equipo en esas vueltas de una semana que se me están dando bien. Por lo que he visto hasta ahora, se está cumpliendo todo lo que incluyeron en la oferta. Así que estoy contento con la decisión que tomé. A ver si va bien el año en lo competitivo.

¿Cuándo supo del interés en su fichaje?

-Yo ya conocía que este proyecto estaba en vías de creación. Pero no me interesé mucho, porque me quedaba un año más de contrato con Movistar. Así que andaba tranquilo. Lo que ocurre es que en agosto empezaron a llamarme a mí y a mi representante, e iniciamos las negociaciones. Me explicaron la idea que tenían, y pudimos llegar a un acuerdo a tres bandas entre Bahrain, Movistar y yo mismo. A esto le concedo mucha importancia, porque no quería salir mal de mi anterior equipo.

Esa “idea” que tenían sus actuales dirigentes consiste en darle galones en pruebas de una semana, como ya me ha comentado.

-Sí. Por un lado está Vincenzo Nibali, que es, digamos, la estrella del equipo. Y luego, viendo ellos la temporada que hice en 2016 y la progresión que puedo tener, me querían en sus filas, para esas carreras de una semana, además de para el Tour. Encima, mostraron un gran interés en que esté a gusto, y me permitieron traer a alguien de mi confianza, como ha sido el caso de Jon Ander Insausti.

Me habla también del Tour... ¿Tiene un calendario perfilado?

-Sí. Lo tenemos más o menos perfilado hasta el propio Tour, y va a consistir en repetir, en líneas generales, lo que hice el año pasado. Empezaré en febrero en Murcia, Almería y Ruta del Sol. Y luego correré la París-Niza, la Itzulia, las clásicas de las Ardenas y Romandía. Este será el primer bloque de la temporada. Después haremos una concentración en el Teide, para preparar la Vuelta a Suiza y el Tour de Francia.

Si normalmente la Itzulia está marcada en rojo en su calendario, este año le habrá puesto un naranja fluorescente...

-No sé qué color le he puesto, pero no te niego que la tengo muy marcada y muy presente. En 2016 fue duro lo que me ocurrió. Estando como estaba, habiendo ganado el Gran Premio Indurain el sábado previo, perderme la Itzulia por unos problemas físicos de última hora resultó difícil. La preparación había sido perfecta, me encontraba muy bien, tenía todas las etapas analizadas... Da mucha rabia que, en esa situación, un virus te lo fastidie todo.

¿Se veía para ganar?

-Ganar, solo gana uno. Alberto Contador mostró un estado de forma que habría hecho muy difícil batirle. Pero también le habríamos planteado batalla, eso seguro.

La mala experiencia del Giro 2015 y sus buenos resultados recientes le hacen centrarse en vueltas de una semana, pero solo tiene 27 años. ¿Volverá a preparar la clasificación general de una grande?

-No creo que haya que cerrarse en banda a nada. Lo que pasa es que, por lo que visto hasta ahora, siempre digo que las vueltas de una semana se me dan bien. Por otra parte, también es cierto que vengo de un equipo que ha tenido líderes claros para las grandes: Valverde, Nairo Quintana... Y ha tocado trabajar para ellos muchas veces. En un futuro se podrá volver a probar, por qué no. Pero por el momento toca seguir avanzando y ver durante este camino qué tipo de corredor puedo ser dentro de unos años. Si toca intentarlo, muy bien. Y si ocurre lo contrario, no pasa nada, no se acaba el mundo. El ciclismo es mucho más que las tres grandes vueltas. El calendario resulta variado y ofrece un abanico de pruebas de todas las características. Es importante encontrar tu propio sitio en el pelotón. Y, como te decía, por el momento me va bien en las pruebas de una semana.

También hablaba ahora de que estará en las Ardenas.

-Amstel, Lieja... Son carreras bonitas, pruebas de un día en las que pueden influir un montón de factores. Pero también se trata de carreras especiales, que a mí me gustan mucho. En el equipo tenemos corredores que pueden hacerlo muy bien como Colbrelli, que hizo tercero en la Amstel en 2016, o el propio Gasparotto, que la ganó. Seguramente, el equipo jugará esas bazas. ¿Mis opciones? Ya te digo que son carreras que me gustan. Otra cosa es que pueda ofrecer un nivel suficiente como para disputarlas. Eso hay que demostrarlo en la carretera.

Pasando a objetivos más generales, ¿es mejorar lo hecho en 2016 su meta para 2017?

-Siempre resulta importante tener objetivos, porque te motiva para mejorar. Hacer ahora un año mejor que el anterior es complicado, pero, aunque marcarte metas ambiciosas te expone a llevarte luego un varapalo mayor si no las alcanzas, yo quiero seguir como hasta ahora, en la misma línea de progresión. Estoy ilusionado, inicio una experiencia en un nuevo equipo, y esto también hace afrontarlo todo con unas ganas renovadas. Sin embargo, si toca pedir algo, me quedo con que me respete la suerte, y con no sufrir caídas ni enfermedades.

¿Y con qué se queda de la pasada temporada?

-Hombre, si me pides que te cite un momento, un día, escojo la etapa que gané en el Tour. Esa carrera es especial, y cuando inscribes tu nombre en su palmarés lo haces para siempre. Pero, a nivel más global, sí que destacaría la regularidad que mostré durante casi todo el año. Desde febrero hasta septiembre me vi competitivo en casi todas las pruebas: Algarve, París-Niza, Romandía, Suiza, Tour, Juegos Olímpicos, Canadá, Eneco...