donostia - “Me veía en la calle. Tenía mucho miedo, muchas dudas”, reconoce Jon Ander Insausti (Mutiloa, 1992), quien a mediados del pasado septiembre apuraba con el Euskadi Basque Country Murias una temporada para olvidar. Un virus frustró buena parte de su 2015, y el presente 2016 también se ha visto marcado para él por problemas de salud: primero fue una intolerancia al gluten que costó detectar y luego una fractura de radio. El caso es que un día hace poco más de un mes, cuando el año ciclista tocaba a su fin, sonó el teléfono de Insausti: “Era mi primo. Me pidió mi palmarés y yo se lo envié. No pregunté nada”.

El primo de Insausti es Ion Izagirre, que estaba negociando desde la más absoluta discreción su traspaso del Movistar al nuevo Bahrain-Merida, a donde ha querido llevar junto a él un hombre de confianza. Entregó las credenciales de Insausti a los directores de la escuadra en ciernes, y estos aprobaron el fichaje del joven. Se produjo entonces una segunda llamada. “Iba en el coche del equipo, volviendo de una carrera en Francia, junto a otros compañeros. Ion me lo contó todo y quedé como en estado de shock. Además, todavía no podía contar nada a nadie”.

Llegaron días de incredulidad para el mutiloarra, que siguió con su vida habitual, olvidando a menudo la noticia que acababa de recibir. “Es que no me lo creía”, repite. “Había mañanas o tardes en las que pasaba las horas como si nada y, de repente, me venían flashes del nuevo equipo”. También fueron jornadas de correos electrónicos y de envío de información. “Me mandaron el contrato y lo devolví firmado. Ahí ya me convencí de que estaba todo hecho, aunque aún no se hiciera oficial la noticia. Y fueron llegándome mensajes de los directores sobre una concentración que llevamos a cabo en Croacia a finales de octubre”, explica Insausti.

ambiente distendido El joven guipuzcoano no tiene tapujos a la hora de reconocer que viajó “muy nervioso” a tierras balcánicas. Allí iba a conocer al líder de su nuevo equipo, Vincenzo Nibali, así como a otros corredores de postín que integrarán el Bahrain-Merida: Enrico Gasparotto, Giovanni Visconti, Kanstantsin Siutsou... Y un Purito Rodríguez cuyo papel en la escuadra sigue en el aire. “Él decía que no va a correr, pero tampoco me voy a meter en esto. La decisión que tome, bien tomada estará”, explica Insausti, que enseguida pasó de los nervios a la satisfacción. “He vuelto con muy buenas sensaciones”.

El de Mutiloa se las arregla a la perfección con el inglés. Sí ha tenido algún problema con el italiano: “Pensaba que tirando de español me iba a valer, aunque es más difícil de lo que parece”. Pero valora sobre todo el clima de camaradería en el que se desarrolló la concentración. “Ayudó que no exista un bloque previo. El equipo es nuevo para todos. Así que tratamos de hacernos sentir cómodos los unos a los otros”. Vincenzo Nibali fue el primero en arrimar el hombro a este respecto. “Estuvo chistoso, cercano... Me llevé una muy grata impresión”.

Ya de regreso en Gipuzkoa, las carreteras del Goierri son ahora escenario de la pretemporada de Insausti, una vez asumidas y digeridas todas las buenas noticias de las últimas semanas. “Me ha tocado la lotería. Voy a pelear por que sean muchos, pero estar un año en un equipo como este ya va a suponer la leche”, zanja, ilusionado y responsabilizado con lo que le espera.