El vergel de Fraile
El santurtziarra debutará en el mundial de doha cargado de ilusión: “para mí esto es muy especial, no me lo esperaba”
Al rey de la montaña de la Vuelta le aguarda un océano de arena. En el desierto de Qatar, en Doha, donde el dinero ha llevado los Mundiales de ciclismo, Omar Fraile ha encontrado un florido jardín para rematar un curso que empezó malencarado y que concluye con una abierta sonrisa. “Debutar en un Mundial me hace mucha ilusión. No todo el mundo lo puede decir. No es fácil estar entre los nueve elegidos. Voy con muchísimas ganas”, reflexiona el santurtziarra, que el 16 de octubre estará en la salida de la prueba de ruta del Mundial. Fraile recibió el domingo la llamada de Javier Mínguez, el seleccionador español, que confirmó su presencia en el nueve definitivo. “Aunque estaba en la preselección, la verdad es que no me esperaba estar en la selección final”, se sincera el vizcaino, que estará acompañado por Jonathan Castroviejo, uno de los grandes favoritos para la contrarreloj, e Imanol Erviti en el combinado español que participará en los Mundiales de Doha, los más exóticos de la historia de un deporte que ha incorporado otras coordenadas a su cartografía habitual. “Nunca he estado en Qatar ni he corrido en esas condiciones que se anuncian. En ese sentido también es algo nuevo para mí. Es toda una aventura”, desliza Omar Fraile, al que siempre le atrajo la liturgia del Mundial, los colores del hipnótico arcoíris, un maillot venerado por los corredores, un vellocino de oro.
“Es una carrera muy especial, que he seguido desde que era pequeño. Siempre me ha gustado poder estar ahí y es para sentirse orgulloso tener la oportunidad correrlo. Al menos podré decir que corrí un Mundial y eso suma para el currículum”, apunta el santurtziarra antes de esparcir varias postales de su memoria de telespectador. Rememora Omar Fraile, casi de carrerilla, el respingo de Freire en Verona y los que vinieron después (Lisboa y de nuevo Verona), el apunte de Cadel Evans en Mendrisio, el ataque de Kwiatkowski en Ponferrada o el asalto guerrillero de Peter Sagan en Richmond. Todos ellos lugares comunes de la memoria del ciclismo. El Mundial como sinónimo de “una carrera que siempre es exigente, que se hace dura por un motivo u otro, que nunca se controla del todo, que siempre da lugar a la sorpresas”, desglosa Fraile.
Encorsetar el Mundial, embridarlo, es una tarea compleja a pesar de que el de Doha, con un circuito que no levanta un palmo del suelo, invoca con descaro a un final al sprint. Incluso en una trazado así -257 kilómetros de planicie-, piensa Omar que se le pueden ver las costuras a la carrera si se dan las condiciones. “Si sopla el viento, que es algo que se espera, y con una temperatura tan alta, puede servir para romper la carrera. Si a eso le sumas que la gente llega justa de fuerzas al final de temporada, acumulando fatiga, todo resulta más difícil de controlar. Se puede sorprender”, radiografía el santurtziarra, que tiene claro que si la carrera desemboca en un sprint masivo “nuestras opciones son mínimas porque hay bloques con esprinters muy fuertes. La cuestión es saber si se va a llegar en un sprint masivo o la carrera se va a romper antes. Entonces habrá más opciones”, desgrana Fraile, que acude con el objetivo de “ayudar y facilitar la labor a los compañeros”.
la locura del viento Si bien el relieve del Mundial no responde al perfil más fotogénico de Omar Fraile, que se maneja con más solvencia en terrenos más abruptos, el santurtziarra es un ciclista valiente, con facilidad para meterse en las escapadas y con olfato para detectar los puntos candentes de la carreras. En un escenario donde cuenta la habilidad táctica y se espera que asome el viento y con ello el nerviosismo que acompañan a los abanicos, un ciclista de las características de Fraile otorga más catálogo al grupo cuando se trata de alterar el guion. “Si la carrera va ordenada, malo. Eso no nos interesa. Lo nuestro será sorprender, jugar con la locura que pueda producir el viento”. Antes, sin embargo, Fraile y sus compañeros de expedición tendrán que adaptarse a la severidad del desierto. El combinado español partirá el viernes hacia Qatar. En Doha un vergel espera a Fraile.