Quien así se expresa es Begoña Muguruza, la hija mayor de una familia de cinco hermanos originaria de la calle Ricardo Otaño de Azkoitia pero eibarresa de adopción. Su padre era trabajador de Alfa y ese fue el motivo por el que la familia se trasladó a la ciudad armera.
Tal y como se desprende de la cita que abre este reportaje, Begoña habla con emoción y orgullo de Garbiñe, su sobrina, la hija menor de su hermano José Antonio; la joven tenista que el pasado miércoles dio una auténtica campanada en el torneo de Roland Garros, donde se impuso contra todo pronóstico a Serena Williams. Nacida en la capital de Venezuela hace 20 años, la joven con raíces guipuzcoanas apenas necesitó una hora y cuatro minutos para derrotar (por 6-2 y 6-2) a la número uno del mundo. Toda una proeza que su tía Begoña siguió por Internet; "al principio con muchos nervios y al final con una inmensa alegría".
Begoña Muguruza recuerda cómo su hermano José Antonio se trasladó a Venezuela "por motivos laborales" cuando tenía "26 ó 27 años". Allí se casó y tuvo tres hijos; "dos chicos y Garbiñe".
Curiosamente, fueron las aptitudes para jugar al tenis de sus dos hermanos las que llevaron a Garbiñe y sus padres a recalar en Cataluña, donde se ha forjado como tenista profesional: "los dos chicos jugaban en un club de Venezuela y su profesor les dijo que tenían un gran potencial y que se fueran un verano a Barcelona para entrenar con Luis Bruguera". Dicho y hecho. Con la particularidad de que "eran muy buenos y les dijeron que se quedaran allí para seguir progresando".
Así las cosas, la familia se encontró con la disyuntiva de "dejar a los chicos en Barcelona por libre o trasladarse al completo a Barcelona". Y eso último fue lo que decidieron.
Garbiñe apenas tenía 6 años cuando su familia se instaló en Santa Coloma del Cervelló; el lugar en el que empezó su idílica relación con el deporte de la raqueta.
Desde la asesoría Aseurre que la familia tiene en la calle Urtzaile de Eibar, Begoña recuerda que su sobrina "destacó en el tenis desde que era muy pequeñita; ganaba prácticamente todo lo que jugaba e incluso llegó a proclamarse campeona de España junior". Por eso, no se muestra muy sorprendida por la incontestable victoria que cosechó a mediados de esta semana ante la vigente campeona de Roland Garros. Para ella, "lo que está consiguiendo en este torneo, tanto en la competición individual como en la de dobles, no es más que el inicio de los muchos éxitos que logrará más adelante". Y es que para Begoña su sobrina tiene un futuro "de ¡aupa el Erandio!" en el mundo del tenis.
Seguimiento familiar Begoña Muguruza reconoce que Garbiñe es "una parte muy importante" de su vida y que procura seguir las actuaciones de la joven nacida en Caracas siempre que puede; "por televisión, por Internet o, si es posible, acudiendo a la cancha". Como en el último torneo que disputó en Madrid, en el que Garbiñe estuvo acompañado por parte de su familia paterna.
Y es que Begoña se confiesa "una admiradora" del juego de su sobrina. Pero no solo ella disfruta con el tenis de Garbiñe; comparte sus sensaciones y alegrías "con los hermanos, primos, sobrinos y amigos". Ella misma se encarga de poner al tanto de las actuaciones de Garbiñe al resto de sus allegados. Según cuenta, "tenemos un grupo y yo misma me preocupo de informarles sobre los partidos que tiene, dónde juega, que ha hecho...". Incluso, en competiciones y citas especiales como la del pasado miércoles en Paris los familiares de Garbiñe no dudan en coger el teléfono "para comentar e intercambiar impresiones durante el partido". Y es que Begoña lo tiene claro: "los éxitos y la felicidad de Garbiñe también son un motivo de felicidad para toda la familia". Por eso, insiste en mandarle "los mejores deseos" a su sobrina. Además, esta agradable azkoitiarra y eibarresa de adopción le manda un mensaje de apoyo: "¡Que sepa que haré lo que esté en mis manos para que todo Eibar, Gipuzkoa y Euskadi esté con ella!". Amor de tía.