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El milagro sobre el hielo

Estados unidos y Rusia reviven hoy el mejor partido de hockey de la historia

El milagro sobre el hieloFoto: N.G.

Aquel choque en la liguilla por las medallas llegaba envuelto por las sombras de la Guerra Fría. El presidente Jimmy Carter había anunciado que Estados Unidos boicotearía los Juegos Olímpicos de Moscú de ese año por la participación soviética en la Guerra de Afganistán. En lo deportivo, la URSS era el gran favorito para llevarse el oro, tal y como había hecho en seis de los siete Juegos anteriores. En equipo estadounidense, en cambio, estaba formado totalmente por jugadores universitarios.

El pabellón de Lake Placid se llenó hasta la bandera y sus gradas se convirtieron en un hervidero yankee con miles de banderas americanas y continuos cantos patrióticos. En ese pulso psicológico, los soviéticos se negaron a retrasar cuatro horas la hora del partido y la ABC decidió retransmitir el encuentro en diferido para emitirlo en prime time. Hoy en día todavía hay muchos americanos que aseguran que vieron el partido en directo. El entrenador de Estados Unidos, Herb Brooks, antes de saltar al hielo, leyó en el vestuario un juramento que era toda una declaración de intenciones: "Habéis nacido para jugar. Habéis nacido para estar aquí. Este es vuestro momento". Lo que sucedió después ha pasado a ser uno de los momentos más importantes del deporte norteamericano.

un vasco en la contienda Se dio la circunstancia de que solo dos semanas antes los dos equipos se habían medido en un amistoso en el Madison Square Garden en el que los soviéticos aplastaron a los anfitriones por 10-3. Viktor Tikhonov, el entrenador, diría después que aquella victoria "fue después un gran problema", puesto que sus jugadores infravaloraron al equipo americano. La URSS contaba con un plantel lleno de estrellas. Entre ellos estaba Valeri Kharlamov, para muchos el mejor jugador de hockey de la historia e hijo de una vizcaina que huyó de la Guerra Civil a Rusia siendo niña. Kharlamov ya había sido ovacionado años atrás en Estados Unidos por sus excelentes habilidades de juego, pero en este encuentro no pudo aportar demasiado. Poco más de un año después fallecería en un accidente de coche. Los soviéticos dominaron durante todo el partido, pero cada gol que anotaban lo conseguían igualar los americanos. Casi al final, Mike Eruzione superó al portero Tretiak, el mismo que el pasado día 7 encendió el pebetero en Sochi, y anotó el 4-3 que allanaba el camino hacia el oro.

Trece de aquellos americanos firmarían por una franquicia profesional de la NHL. Entre las excepciones estaba Eruzione, que se retiró a los 25: "Aquella victoria es a lo máximo que puede aspirar un deportista".