A 40 minutos de la Copa

donostia. El Gipuzkoa Basket puede vivir hoy otro día grande. El equipo de Sito Alonso tiene en sus manos la clasificación para la Copa del Rey, algo que lograría por segunda vez en su historia. Para ello, tiene que derrotar esta tarde, a partir de las 18.30 horas (ETB1 y Orange Arena de acb.com) al Estudiantes, penúltimo clasificado de la ACB, en el Palacio de los Deportes de Madrid. El pase, tan cerca y tan lejos a la vez. A apenas 40 minutos, a una victoria, que sería la novena de la temporada. El sueño de la Copa está a punto de ser real, pero para ello hay que vencer antes en una cancha donde el equipo guipuzcoano solo ha ganado una vez en sus anteriores seis visitas. El reto es grande pese a la supuesta debilidad del conjunto entrenado por Txus Vidorreta.

Acabar la primera vuelta entre los ocho primeros clasificados y estar así con los elegidos en la Copa que alberga el Martín Carpena de Málaga del 6 al 9 de febrero sería un enorme éxito para el GBC, que compite este año con el presupuesto más bajo de su historia. Pese a ello, el equipo ha competido como nunca y ha sido capaz de ganar hasta el momento ocho partidos. La clasificación sería más que merecida porque los de Sito están entre los ocho primeros desde que ganaron en Manresa en la novena jornada. Son ya dos meses en los puestos de honor. Ahora solo falta rematar la faena y culminar así una primera vuelta que sería histórica, porque nueve triunfos supondría la mejor marca a mitad de temporada del Gipuzkoa Basket en sus siete temporadas en la elite.

sin presión Cabía la posibilidad de que el GBC estuviera clasificado antes de saltar esta tarde a la cancha, pero la victoria de ayer del CAI Zaragoza frente al UCAM Murcia obliga al conjunto guipuzcoano a vencer hoy para estar en la Copa. Los maños llegaron a ir ganando por 35 tantos en el tercer cuarto y por momentos pareció que iban incluso a mejorar los 41 puntos de average que les sacaba el Gipuzkoa Basket, pero finalmente ganaron solo por 36, así que a los guipuzcoanos les vale con ganar por uno para estar en la Copa. La situación es la que quería Sito Alonso, que prefería no estar clasificado antes de jugar para que así los jugadores actúen con la "tensión" habitual. Otro aspecto en el que ha incidido el técnico maño es en la posible ansiedad por esa posibilidad de clasificación. Sito espera que sus hombres no se sientan presionados por un pase a la Copa que no es una obligación, sino un premio.

El mejor aval del Gipuzkoa Basket para salir victorioso hoy de Madrid es la fiabilidad que ha ido demostrando partido tras partido. Solo en una de las 16 jornadas precedentes ha sido derrotado claramente: en su visita a La Fonteta allá por octubre. En los demás encuentros ha dado siempre la cara, incluso contra el Real Madrid. Además, juega igual en casa que fuera, como lo demuestran sus cuatro triunfos a domicilio.

Otro motivo para la esperanza es el regreso de Jason Robinson, que fue baja la semana pasada. El alero es el indiscutible líder del GBC y su presencia aumenta las opciones de victoria del cuadro guipuzcoano. No solo por los 16,6 puntos que promedia, sino porque aporta en todos los aspectos del juego y transmite tranquilidad a sus compañeros cuando está en la cancha. Junto al alero, será clave el papel del otro sostén del equipo, un David Doblas que está pletórico, y el de los dos bases, Salgado y Neto, también a muy buen nivel desde el inicio del curso. Si además tienen un buen día Ramsdell y Winchester y la defensa está a la altura habitual, el GBC es favorito.

El Estudiantes, sin embargo, no será un rival fácil. La clasificación dice que va penúltimo y que solo ha ganado tres partidos en 16 jornadas, pero está mejorando y necesita ganar para salir del pozo. Miso, Quino Colom, Banic, Rabaseda o Dejan Ivanov son nombres importantes y nadie esperaba que el equipo de Txus Vidorreta estuviera tan abajo en la tabla. Los precedentes no son halagüeños, ya que el GBC ha visitado seis veces la cancha colegial y solo ganó en una ocasión. Pero la oportunidad merece romper la estadística y escribir otro pedazo de historia. La Copa espera.