Un puñetazo en la mesa

Eibar. Superlativo Joseba Ezkurdia volvió a hacerlo. A plantarse con su volea y con un ritmo agobiante en el Cuatro y Medio para desmontar a un Yves Xala al que no le acompañó la suerte en el último tramo del encuentro. Sufrió el lapurtarra ante el delantero de Arbizu, armado con la volea ante el mago de Lekuine, al que no le salieron las cosas de cara a partir del 16-14. Parecía que lo tenía todo consigo, pero tres errores y dos saques dieron vida al gigante navarro, tan despampanante en su fortaleza como notable en defensa, que creció más y más hasta embolsarse una victoria valiosísima. Ayer dio un paso más Ezkurdia en su progresión: de eliminado a brillante cuartofinalista de la jaula, pasando por una repesca, una revancha y un par de sorpresas.

El estilismo no va con Joseba, por lo menos dentro del Cuatro y Medio. El joven arbizuarra es un volcán. Y ayer triunfó por eso, por la capacidad que tiene de reventar la pelota. No acertó en el último tramo a cruzarle Yves en las pelotas desde el ancho, en gran medida porque arrastraba molestias en la rodilla derecha por un golpe con el suelo, y Ezkurdia vio recompensada su magnífica volea. La otra clave fue el saque del de Arbizu. Si bien en el inicio una falta penó su primer servicio, una vez caliente el marcador dio más velocidad a la pelota y dirección, implicando a Xala en un resto rápido y con apuros que le otorgó unos réditos importantes a la hora de contrarrestar una distancia que llegó a estar 10-4.

Y es que, al inicio, aunque el navarro comenzó con colmillo dando ritmo, Xala se vio con una falta de saque de su rival cuando sufría (1-3). Lo aprovechó para secuestrar el aire de Joseba. Con la volea brutal del arbizuarra sin efectos cerca del frontis, amaneció el mejor Xala, mucho mejor que en su versión de Elizondo. Abrió gas a base de arte, porque Yves es ante todo artista, un genio del frontón, y su zurda, una obra de arte. Así se puso 10-4. La sensación era de superioridad, de que, como contra Danel Elezkano, los galones eran kilómetros de distancia. Pero Ezkurdia, irreductible, no se achicó.

Metió una marcha más para dilucidar el partido con el saque-remate. La pelota salió como un tiro y el tema se puso crudo. Joseba en la velocidad se encontró cómodo y liberó la violencia de su saque. Xala fue decayendo excepto por los jirones de magia que destila. Con el 16-14 acumuló tres fallos con el gancho y encajó dos saques que le pasaron factura ante Ezkurdia, brillante, y correoso. Un puñetazo en una mesa llena de gallos. Y ahora toca Aimar.