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Sentenciado

El Lagun Aro GBC cae ante el Blusens en Illunbe por 73-77 y solo evitará el descenso si gana los tres últimos partidos y los pierde el Fuenlabrada, una combinación utópica

SentenciadoFoto: gorka estrada

Donostia. Se acabó. El Lagun Aro GBC ya es prácticamente equipo de LEB Oro. Queda aún una remotísima esperanza de lograr la salvación -que gane los tres últimos partidos y que los pierda el Fuenlabrada, único equipo al que puede alcanzar a estas alturas-, pero es una opción tan improbable que no merece la pena ni tenerla en cuenta. El equipo de Sito Alonso perdió ayer en Illunbe ante el Blusens por 73-77 y su descenso matemático se consumará en cuanto pierda un partido más, quizás el próximo domingo en Gran Canaria, o en cuanto lo gane el Fuenlabrada. Las matemáticas dan una tregua de unos cuantos días, pero sería absurdo seguir aferrándose a unas cuentas imposibles. Lo único que puede salvar al Lagun Aro de regresar a la categoría de plata es que la economía impida a algún conjunto de LEB ingresar en la elite. Quizás en los despachos se solucione el desaguisado deportivo, pero para comprobarlo quedan por delante unas cuantas semanas de agonía.

El conjunto guipuzcoano va a bajar por méritos propios. Ha ganado solo ocho de los 31 partidos que ha disputado y desde la undécima jornada solo ha estado una semana fuera de la zona de descenso. La temporada está siendo mala, muy mala, especialmente una primera vuelta que resultó desastrosa y decisiva en el resultado final. El verano, lleno de sobresaltos, afectó a la planificación y la consecuencia fue un equipo con muchas carencias, que solo ganó dos de los primeros 16 encuentros y que hubo que ir apañando poco a poco hasta la llegada de Paunic y Finley. Su impulso dio un nuevo aire al Lagun Aro, que por momentos pareció capaz incluso de evitar su descenso, pero al final el lastre ha sido excesivo. El equipo de Sito ha jugado los tres últimos meses sin red, sin margen de error, y sus dos últimos tropiezos en casa ante el Cajasol y el Blusens caben catalogarse de errores.

Estas dos últimas derrotas en casa son en buena parte achacables a esa presión con la que ha tenido que lidiar la plantilla dada su dramática situación clasificatoria. El Lagun Aro consiguió con cinco victorias en febrero y marzo meterse de lleno en la lucha por la salvación, pero cuando ha tenido que rematar la faena no ha podido con la presión. Los de Sito han sacado adelante muchos partidos a base de carácter, fe y lucha, pero esto no ha sido suficiente en las últimas semanas. Pese a la citada llegada de Paunic y Finley, a la recuperación de Woods o al buen momento de Doblas, al equipo le han faltado argumentos para hacer realidad la machada de la salvación. A mediados de febrero, el objetivo era ganar ocho o nueve de los últimos catorce encuentros. Un reto muy difícil que ahora ya es virtualmente imposible, porque los tres últimos rivales son el Gran Canaria, el Barcelona y el Real Madrid. El intento de remontada del Lagun Aro se ha quedado a medias simplemente porque el equipo no da más de sí. Una cosa es que con Paunic y Finley haya mejorado y otra bien distinta es que tenga el potencial para hacer una segunda vuelta con números de Copa.

bien hasta el minuto 27 Hay que reconocer que los hombres de Sito lo intentaron ayer con todas sus fuerzas. En un Illunbe bastante más apagado que en anteriores ocasiones -la cifra oficial dice que había 5.720 espectadores, pero parecieron bastantes menos- el Lagun Aro jugó bastante bien, dentro de sus posibilidades, durante muchos minutos. Defendió con intensidad y en ataque encontró a sus mejores hombres. Primero a Doblas, que anotó ocho puntos en el primer cuarto; luego a Finley, que se reencontró con el aro para meter diez puntos en tres minutos brillantes; y después a Qyntel Woods, que tomó el relevo anotador hasta el descanso para que su equipo llegara al ecuador del encuentro con un confortable 38-29 en el marcador.

La renta alcanzó los doce puntos en la reanudación con un triple del enrachado Woods (41-29), pero el Blusens remontó con un fulgurante parcial de 0-10. El Lagun Aro se recuperó del bache y, liderado por Doblas, Papamakarios y Paunic, volvió a coger diez puntos de renta (51-41). El problema es que otra vez dejó escapar esa ventaja y al término del tercer cuarto el marcador señalaba un apretado 55-53. Para entonces, un ojo estaba puesto en la cancha y otro en Valladolid y Fuenlabrada, donde los dos rivales directos del Lagun Aro jugaban sus respectivos partidos.

valladolid y fuenlabrada La igualdad fue la tónica en los diez últimos minutos. El Blusens se adelantó 58-62, pero Finley y Neto pusieron la igualdad justo cuando el Valladolid ganaba su partido frente al Cajasol. Doblas, el mejor otra vez ayer con 17 puntos, mantuvo a flote a su equipo, que empezaba a acusar seriamente los nervios. Con 66-69, Papamakarios metió un triple que volvió a dar esperanzas a Illunbe, pero el Lagun Aro falló sus dos siguientes ataques -una penetración forzada de Woods y un triple solo de Papamakarios- y el Blusens acertó, poniendo un 69-73 casi definitivo a falta de 37 segundos. Los desesperados intentos finales no dieron resultado y el Lagun Aro acabó encajando su 23ª derrota del curso.

El de ayer ante el Blusens fue el cuarto tropiezo consecutivo, segundo en casa, y el que prácticamente supone el descenso. Pudo ser matemático si el Fuenlabrada hubiera ganado al Caja Laboral, pero finalmente los vitorianos se impusieron en la cancha madrileña, así que la lucha sigue mínimamente abierta. Eso sí, la visita al Gran Canaria del próximo domingo puede ser la tumba de este equipo. La jornada de ayer ya es una de las más tristes de la historia de Illunbe, comparable a la derrota ante el Menorca hace seis años, que supuso el primer descenso. Ahora solo queda esperar la sentencia definitiva y luego, la agonía de los despachos.