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La sonrisa de Cavendish

El corredor británico logra su segunda victoria de etapa en este giroNavardauskas sigue encabezando la general de una prueba que hoy tomará contacto con los puertos italianos

La sonrisa de CavendishEFE

donostia. La rueda trasera de Roberto Ferrari borró de un plumazo la sonrisa de Mark Cavendish de la cara, que se encontró con los huesos en el suelo a 100 metros de la meta de Horsens en la última etapa del Giro de Italia en tierras danesas. El lunes. Una triste despedida del británico a Dinamarca, la tierra que le alzó encumbró el pasado mes de septiembre, donde se convirtió por primera vez en campeón del mundo en ruta. En el país del norte de Europa también saboreó las mieles de la victoria; fue el domingo, en la primera etapa en línea de la corsa. Antes de la caída. La que le obligó a cruzar la línea de meta con la bicicleta al hombro. No aceptó Cavendish las disculpas de Ferrari. Pronunció un no rotundo. Desde lo profundo de su alma, herida de muerte. Sin consecuencias físicas, el británico pudo quitarse la espina el en la jornada de ayer. Recuperó la sonrisa, la misma que le acompañó durante la etapa, la que captó la atención de la cámara de televisión, a la que pareció decir "estoy bien", camino de Fano tras haber tomado la salida en Modena.

El corredor del Sky volvió a demostrar una vez más que no tiene rival en las llegadas masivas. Su superioridad al sprint quedó patente de nuevo. En plena remontada, solo Ferrari le frenó en Horsens. Ayer no tuvo que recuperar posiciones. Pegado como una lapa a la rueda trasera de Geraint Thomas, su lanzador, Cavendish, un hambre voraz, salió como un resorte, imparable, de la rueda de su compañero de equipo en busca de hincarle el diente a la etapa, la segunda en el Giro en la presente temporada; la novena en total.

La jornada, que contaba con varios repechos en su parte final, el último a 20 kilómetros para la meta, fue un duelo entre dos sprinters, Cavendish y Matthew Goss. Daniele Bennati se invitó a la fiesta, a la que no acudieron ni Roberto Ferrari ni Tayler Farrar, atascados en un de los repechos finales; una losa demasiado grande. Sí aguantó Cavendish. A quien su rabia por no haber podido ganar en Horsens ayudó, a buen seguro a superar los repechos. Vía libre para el británico, que solo encontró resistencia en Goss, segundo en la etapa.

El Sky, sin demasiados recursos en el Giro de Italia más que la potencia de Cavendish, dejó trabajar durante la etapa y solo cogió las riendas del pelotón a siete kilómetros de meta. Endureció la carrera el conjunto británico, más sereno que en las dos jornadas al sprint anteriores. Las ganas de resarcirse de la mala contrarreloj por equipos encontraron recompensa en las piernas del británico, que se subió a lo alto del podio. También lo hizo Navardauskas, que mantiene la maglia rosa de la prueba.

aparece la montaña A la espera de la primera jornada montañosa del Giro, la de mañana, el pelotón tendrá hoy la primera toma de contacto con los puertos italianos. En una etapa de 210 kilómetros, los que separan Urbino de Port Sant'Elpidio, los corredores deberán superar tres dificultades montañosas de tercera categoría -la última a 34 kilómetros de meta- además de un puerto de segunda. La carretera, que apenas dejará tiempo para el descanso de los ciclistas, puede ser propicia para las escapadas, que podrían encontrar el premio de conseguir un triunfo de etapa antes de la llegada de la montaña.