"Volver a levantar los brazos en el Tour es un sueño y una obsesión"
Hace dos semanas, Mikel Astarloza anunció en su página web su calendario para la temporada 2012. Tras dos años de ausencia, el pasaitarra regresará el Tour con una mezcla de sentimientos: por un lado, grandes recuerdos de una victoria memorable; por otro, ganas de resarcirse
DONOSTIA. Pero apenas diez días después, llegó el chasco en forma de presunto positivo, detectado en un control previo a aquel Tour de Francia. Aún resuenan los puñetazos del guipuzcoano sobre la mesa del hotel Amara Plaza ante la que defendió su inocencia, reivindicando justicia para un caso que sigue en manos de los jueces. Los tribunales son lentos, pero el actual mundo del ciclismo no entiende de esperas. Porque, a Mikel Astarloza, los dos años que ha pasado sin competir ya no se los devuelve nadie. Ha sufrido mucho, pero al menos ahora vive ilusionado tras su regreso al pelotón el pasado mes de agosto, y ante una nueva temporada en cuyo calendario incluye la ronda gala.
En agosto puso fin a dos años de sanción por un presunto positivo. ¿Dejó de sentirse ciclista en algún momento durante su ausencia?
No, nunca. Desde el primer día tuve claro que mi carrera deportiva no iba a terminarse en ese punto y de esa forma. Me ponía el culote todos los días, y llevaba una vida lo más profesional posible. También solía salir a correr a pie. Y eso me suponía otra válvula de escape, por ejemplo en días de lluvia y frío en los que daba más pereza coger la bicicleta. Fueron dos años muy largos y muy duros, pero todos los días me sentía orgulloso, al saber que ya me quedaba menos para volver, y que estaba haciendo las cosas como un buen profesional.
¿Qué queda de su rueda de prensa en el Amara Plaza nada más conocerse la noticia, en agosto de 2009?
El recurso que interpuse sigue en los tribunales, en Madrid. Pero no llegan noticias. Ya me han comentado que los juicios de este tipo suelen ir muy lentos, y que tengo que tener muchísima paciencia. Es curioso que yo haya cumplido la sanción de dos años y que, en este tiempo, el asunto no se haya solucionado desde el punto de vista judicial.
Su discurso sigue siendo el mismo... Usted proclama su inocencia.
Sí, sí. Por supuesto (convencido).
¿Siente envidia de que los casos de ciclistas más mediáticos se resuelvan en España por la vía rápida?
No, en absoluto. Eso sucede a diario en la vida, y no creo que sea algo de lo que haya que tener envidia. Cada uno sabe cómo es su caso, y tiene que ser consecuente con lo que ha hecho o con lo que ha dicho. En ese sentido, no envidio a nadie.
¿En quién se apoyó durante sus dos años de suspensión?
Siempre he dicho que me siento muy orgulloso del trato que recibí. Y ya no te hablo solo de la familia, de los amigos o de los compañeros de equipo. Me refiero también al aficionado de a pie, a personas a las que no conocía y que siempre tuvieron palabras de ánimo. Es de agradecer, porque entiendo que mi caso suponía una situación difícil, ante la que ellos tenían dos opciones: creerme o no creerme. Estoy muy contento con la reacción de la gente. Y me quedo con eso, con el cariño que me mostraron.
¿Qué me dice del trato recibido por parte de Euskaltel-Euskadi?
Estoy contento, no me puedo quejar. Se trata de una situación difícil durante la que el equipo me mostró su apoyo desde el primer día hasta el último. He vuelto a competir con ellos, y en este sentido tengo que estar agradecido.
Efectivamente, volvió a competir de naranja, en la Vuelta a Burgos del pasado mes de agosto...
Del tiempo que pasé sin competir, los primeros meses de 2011 quizás fueron los más llevaderos, porque veía cerca el regreso a la competición. Como dices, volví en agosto, en la Vuelta a Burgos, así que, lógicamente, la temporada se me quedó un poco corta. Traté de estirarla al máximo, hasta finales de octubre, corriendo el Giro de Lombardía. Cuando terminé, no quedaba otra que descansar. Y descansé bien, más que por lo que había hecho, por lo que me espera esta próxima temporada
En Burgos, en la etapa de su reestreno, tiró del pelotón durante más de cien kilómetros. ¡Vaya regreso!
Yo siempre digo que nunca se me han caído los anillos por trabajar para otros compañeros. Me gusta hacerlo, incluso. Es bonito ser el líder, pero cuando toca currar... En el ciclismo hay que saber hacer de todo, y bien. Porque así le sacas siempre el mayor beneficio posible a tu estado de forma.
Aquellos días trabajó mucho, pero sus clasificaciones no fueron malas...
Siempre he sido muy competitivo. Tuve la suerte de que estaba a un buen nivel, y podía permitirme el lujo de llegar trabajando hasta los kilómetros finales. Terminaba cerquita de los primeros, y eso te hace sentirte más corredor.
¿Me va a negar que en Burgos corrió pensando en prepararse para la Vuelta a España?
No, no. Y tengo que reconocer además que para mí supuso un palo muy grande no correr la Vuelta. Me pasé todo el 2011 preparándola, desde el primer día de enero. Pero después de Burgos el equipo decidió que no me iban a llevar, y sinceramente me fastidió muchísimo. Creo que habría dado el nivel necesario. Pero ese disgusto ya pasó y ahora tocar mirar hacia adelante.
¿Qué explicación le dieron para excluirle del 'nueve' definitivo?
Mira, si te soy sincero, todavía no he logrado entender por qué no corrí la Vuelta. Pero bueno, tampoco he querido insistir más en el tema.
Sí estuvo en Canadá y en el Tour de Pekín. ¿Qué tal la experiencia china?
Me da un poco de pena el tema este. Porque cada vez que me preguntan por Pekín, no hablo muy bien. La experiencia no me gustó mucho, pero es que desde el primer día ya empezamos cruzados en el equipo... Nos cogimos una gastroenteritis tremenda, y horas antes de empezar a competir estábamos todos devolviendo, por arriba y por abajo. Claro, luego es difícil darle la vuelta a eso. A mí no me quedó buen recuerdo, ni de la carrera ni del país, pero espero que haya gente que piense diferente, porque creo que mi punto de vista no es objetivo. Ya te digo que estaba en una situación un poco difícil. Encontrarse enfermo lo condicionó todo.
Cerró la temporada protagonizando la escapada del día en el Giro de Lombardia, junto a otros cinco corredores.
Aquello fue un capricho que me quise dar. Había competido unos 20 días, en citas como Burgos, la propia Vuelta a Pekín, las clásicas de Canadá... Pero Lombardía ya lo conocía, y me animé. Sabía que era una locura meterme en la escapada desde el principio, pero me apetecía ese capricho de pasarme toda la prueba en fuga. Fue curioso, porque en una clásica Pro Tour como esa, las escapadas suelen coger diez minutos por lo menos. Pero aquel día a nosotros no nos dejaron ni tres. Llegué a meta lejos de los primeros, pero satisfecho con el deber cumplido.
Un mes de descanso, y vuelta a los entrenamientos... ¿Cómo va la pretemporada?
Bien. Estoy haciendo seis días de bicicleta a la semana. Ahora se trata, sobre todo, de ir metiendo horas y acumulando base. En enero aumentaré la intensidad para ir cogiendo el ritmo de cara a las competiciones.
Ya tiene calendario...
Pues sí. A finales de noviembre nos juntamos en Derio, en la primera concentración del equipo, y nos repartieron los calendarios que vamos a seguir cada corredor. Más o menos, me han perfilado el año como de costumbre. Se trata de empezar fuerte la temporada, para intentar llegar lo mejor posible a la Vuelta al País Vasco. A partir de ahí, descansaré en mayo para reaparecer en la Vuelta a Suiza, ya de cara al Tour de Francia, quizás la cita más importante del año.
Tras País Vasco quiere estirar un par de semanas la forma, para las clásicas.
Eso es. Primero correré Mallorca y Andalucía, pero los objetivos de esta primera parte de la temporada serán, sobre todo, París Niza, Critérium Internacional y País Vasco. Luego estaré en las clásicas (Amstel, Flecha y Lieja), y terminaré este primer ciclo en Romandía. Vendrá entonces un mes de descanso, de levantar bien el pie. Y ya te digo que reapareceré en Suiza... Eso es algo un poco alternativo a mi calendario habitual para preparar el Tour. Porque, normalmente, iba al Dauphiné.
¿Es un sueño repetir en el Tour la victoria de 2009?
Sí, sí. De hecho, es una obsesión. Desde el día en que vi que tenía claro que iba a seguir dando pedales, y en que me decidí a pasar dos años sin competir llevando una vida de profesional, siempre he soñado con volver a levantar los brazos en el Tour. Ese es mi sueño y mi obsesión.
¿Y del futuro más lejano qué me dice? 2012 es su último año de contrato.
Es mi último año de contrato, y el mismo equipo también termina su contrato de patrocinio, tanto con Euskaltel como con las instituciones. Esperemos que los espónsors sigan apoyando el proyecto, porque tiene muchísimos años y mueve a un gran número de aficionados. Ojalá el equipo tenga continuidad, y yo pueda seguir en él.
¿Su prioridad es continuar en esta escuadra?
Sí. Para mí, este siempre ha sido el equipo de casa, y a todos los corredores euskaldunes nos hace ilusión estar aquí. Si el equipo continúa, que ojalá sea así, no creo que haya ningún problema para volver a llegar a un acuerdo.
Tenemos Astarloza para rato...
Acabo de cumplir 32 años. Creo que, deportivamente hablando, he alcanzado mi madurez, pero tengo la ilusión de un chaval de 18. Espero y creo que todavía me quedan unos años en el ciclismo. Ojalá sean buenos. Pienso que la vida deportiva de un profesional la tiene que marcar esa ilusión que te comento, y yo tengo de sobra. Creo que todavía ando con cuerda para rato.