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"¡Rubén, Rubén, Rubén!"

Beloki gana su último partido (22-20) en un Labrit abarrotado y entregado al Burladés

"¡Rubén, Rubén, Rubén!"JAVIER BERGASA

Pamplona. Se enorgullece Rubén Beloki de haber sido uno de los artífices del relanzamiento de la pelota en la década de los 90, cuando protagonizó con Patxi Eugi una enconada lucha de finales que atrajo en masa al aficionado a los frontones. Así comenzó su carrera y así la finalizó ayer, abarrotando un Labrit en el que se congregaron más de 1.200 almas para despedir al burladés como merecía. Y no hubo más porque no cabían. Beloki sudó, lloró, sonrió, brilló, acertó, falló, disfrutó y se emocionó. De todo. Dio sus últimos pelotazos como profesional y se marchó. Lo hizo con un triunfo, que era lo de menos, o eso suele decirse, y llevándose el cariño de una grada entregada a un gran campeón.

Nadie se quiso perder la última actuación de Rubén Beloki como pelotari profesional. El partido que puso final a casi dos décadas de carrera. La ocasión lo merecía porque ayer se despidió el campeón más joven de la historia. Aquel al que en su día apodaron el Látigo de Burlada. Ése que concedió ventajas y pocas veces levantó la voz. Un fuera de serie dentro y fuera de las canchas. Un señor. Los padres de la criatura, Patricio Beloki y Martina Iribarren, disfrutaron de lo lindo junto a la esposa del protagonista, Marta Larraya, y los hijos de ambos, Imanol, Amaya y Ane, que al término del choque se reunieron con su padre en la cancha del Labrit acompañados por el hermano de Rubén, Alberto Beloki, que nunca se ha separado de su hermano y ayer tampoco quiso hacerlo.

El burladés trató de templar los nervios desde el inicio. Lo intentó al saltar a la cancha por primera vez para calentar. Ni siquiera miró a la grada, con la clara intención de no descentrarse, pero lo que no pudo pasar por alto fue la atronadora ovación que le tributaron sus aficionados. Tras el calentamiento tocaba jugar, pero a Beloki le bailaron antes un aurresku que terminó por desmontarle. Se echó a llorar y tuvo que sobreponerse para iniciar un duelo en el que dio la cara. Dijo en su día que abandonaba porque "ya no era Beloki", pero ayer sí lo fue. Al menos durante muchos momentos. Defendió los increíbles pelotazos que conectó Aritz Begino, algunos de los cuales no acabaron en el rebote porque el burladés lo impidió, cubrió las espaldas de su compañero cuando Titín se enredó en divertidas y feroces batallas en los cuadros delanteros, e incluso se atrevió con un gancho que puso en pie a la grada del Labrit. Fue el tanto que sirvió para empatar a 8 un partido tremendamente divertido y emocionante que al final cayó del lado de Titín y Beloki (22-20), aunque Bengoetxea VI y Begino hicieron sudar a los veteranos.

Riojano y burladés dispusieron de medio cuadro de ventaja al saque. Un deferencia para el burladés, alguien que se ha pasado casi dos décadas concediendo ventajas a los demás. Como también fue un detalle la presencia de muchos de sus compañeros de profesión. Juantxo Koka, Mikel Unanue y Mikel Goñi le hicieron una visita en el vestuario mientras Beloki se colocaba los tacos por última vez.