El postre de Gorka
tres años después de su retirada, el irundarra fraile está disputando el challenger
lOS torneos challenger como el que se celebra estos días en Donostia suelen guardar pequeñas sorpresas: un desconocido adolescente con un brillante futuro aún por descubrirse, un veterano de vuelta de todo que da sus últimos coletazos... las pistas de Ondarreta no son este año una excepción, ya que este año acogen una aparición sorpresa, la de Gorka Fraile, irundarra que durante varios años fue el mejor jugador guipuzcoano en el circuito y que llevaba desde mediados de 2008 retirado de la elite.
"Mi retirada coincidió con la creación de este torneo y me hacía ilusión jugarlo alguna vez. Este año pedí una invitación para la previa, me la dieron y aquí estoy", explica el propio Gorka Fraile, que a pesar de no disputar el circuito de la ATP se mantiene en plena forma: "Por las mañanas trabajo en el negocio de mi padre y por las tardes entreno y doy clases en el Club de Tenis Chamartín. A veces practico con jugadores como Fernando Verdasco y el colombiano Giraldo, y juego torneos de clubes en Italia y Francia".
Está claro que el irundarra, de 33 años, se mantiene en un buen estado físico porque logró superar la previa y la primera ronda del cuadro principal, lo que le ha permitido avanzar hasta los octavos de final. En esa ronda tendrá hoy un rival ya muy duro, Roberto Bautista, octavo cabeza de serie.
Fraile llegó a ocupar el puesto 126 del ranking mundial. Fue a finales de 2006, su mejor año como profesional, en el que jugó hasta cinco finales de torneos challenger -perdió cuatro- y logró meterse en el cuadro principal del Masters 1.000 de Madrid. "Aquella temporada jugué muy bien. No es fácil estar ahí, cerca de los 120 primeros. En general estoy contento con mi carrera", recuerda. La retirada llegó año y medio después: "Cumplí 30 años y es una edad en la que siempre me había planteado dejarlo. También empiezas a tener molestias físicas, es duro estar recorriendo año tras año el circuito tenístico...".
El de Irun se toma ahora "con calma" este regreso puntual a la actividad tenística: "Quiero jugar a gusto, divertirme. Claro que quiero ganar y llegar al domingo, pero sé que será difícil ganar mañana (por hoy). Me lo tomo con calma".
Fraile ha venido a Donostia acompañado, además, por su novia, Elsa Anka, un rostro muy habitual de la televisión durante años. Ambos, sin embargo, tratan de alejarse de los focos: "Hacemos una vida normal. Estos días estamos disfrutando del tenis y de la ciudad".