Moaña. La II Bandera Mar de Moaña le dio la razón a Daniel Pérez. El entrenador de Tirán reivindicaba la fiabilidad del campo de regateo de O Con, donde cada tarde-noche, bien pasadas las ocho de la tarde, se ejercita la Ruly. "Las únicas diferencias entre calles son fruto del viento", argumentó. Y Eolo, que media hora antes del banderazo inicial había sembrado el pánico entre las tripulaciones con rachas por encima de los 20 km/h, se echó a dormir durante la regata. Apenas se movió sobre el colchón de agua que fue ayer la ría de Vigo, y no hubo apenas sobresaltos y sí grandes tiempos, con once botes por debajo de 19:50 y los gallos al poder: Urdaibai, que no vencía en Galicia desde 2008, se hizo con la victoria y desbancó del liderato a Kaiku, ayer cuarta tras Astillero y una gran Castro.
Estas cuatro embarcaciones remarán hoy en la tanda de honor, aunque San Juan se aupara a la cuarta posición de la Liga San Miguel en detrimento de Hondarribia. Los hondarribiarras, que viajaron en el día, fueron décimos, pero solo a seis segundos del sexto puesto de Tirán.
En el sorteo de calles, San Juan maldijo la bolita que los condenó al andén cuatro, por el que acabaría ganando su tanda y Astillero casi la bandera. Joseba Fernández, entrenador de Castro, creyó que el viento le benefició más a los de la tercera tanda, pero los que actuaron en esta última, como Jon Salsamendi o Gorka Aranberri, opinaron que los más favorecidos por Eolo fueron los de la manga inicial, en la que partió La Marinera. Hubo quien lamentó que la marea empujó más en el último largo de la tercera tanda, y otros que se sintieron perjudicados por esa ola gallega no muy alta pero sí potola, como hinchada, que incomoda la remada y deja de ser redonda.
Al final, cada uno seguramente tendrá su punto de razón, por lo que se puede concluir que la suerte estuvo bastante repartida. En Galicia dicen de las meigas que haberlas haylas, pero ayer no se podía asegurar lo mismo del campo de O Con: a San Juan y Orio no les fue mal por la calle cuatro, la que nadie quería ayer; por las centrales, las preferidas por muchos, les fue bien a Castro, Urdaibai o incluso San Pedro, pero Kaiku y Pedreña no anduvieron finas; por la uno, deseada por otros para resguardarse del leve componente sur del viento, Zumaia se gustó y Hondarribia no se encontró.
La fiesta fue por barrios, pero solo en Bermeo hubo fuegos artificiales. Urdaibai no esperó para encender su traca. Como hizo Kaiku en Bilbao, los patroneados ayer por Gorka Aranberri (que se estrenó en la popa y luego recibió un sincero abrazo de su colega y compañero de habitación, Lur Uribarren) salieron con una marcha más. En apenas medio minuto ya aventajaban en tres segundos a Hondarribia y en dos a Kaiku y Astillero. Casi de inmediato, se levantó la mayor ráfaga de viento de toda la tarde, breve pero matona, lo que se reflejó en la ciaboga, donde Urdaibai solo era octava a cuatro segundos de Castro, San Pedro y Orio, que remaron casi sin brisa. Por el contrario, los otros tres gallos cerraban la clasificación en un pañuelo de tres segundos.
La normalidad volvió tras el giro de 180º. La Bou Bizkaia, quizá ayudada por una marea que iniciaba su crecida, enseñó su proa con una remada constante, a 37 paladas por minuto. Tres-cuatro segundos por detrás, Asier Zurinaga exprimía a los suyos, con una cadencia incluso mayor. La Bizkaitarra se quiso agarrar tanto a la estela txo, que el juez enseñó la bandera blanca a Asier Zurinaga, que se había tirado algo a estribor para pescar algo más de corriente. Los bermeotarras acabaron el largo con dos botes sobre Kaiku, tres sobre Astillero y cuatro sobre Hondarribia. La Ama Guadalupekoa sufrió en los metros finales y, pese a su gran maniobra, no pudo reaccionar, aunque adelantó a Orio.
Astillero, al sprint En el tercer largo se mantuvieron las tornas. En su ocaso, Astillero inició su reacción, superó a Kaiku y limó tres segundos a Urdaibai, que aún poseía otros siete. La última recta fue frenética. Urdaibai se vio sobrada al ver a babor lejos a Kaiku, sin percatarse de que a estribor Astillero venía como un obús que se quedó a 1.62 de batir a los otra vez líderes.
Kaiku finalizó cuarta por detrás de La Marinera, que arrolló en la primera tanda. Los cántabros tienen plantilla para estar más arriba, y lo demostraron ayer. Templaron en el inicio del primer largo, en el que Orio y San Pedro salieron con fuerza, y dieron rienda suelta a su calidad cerca de la baliza para ciabogar en el mismo segundo que amarillos y morados. Los tres firmaron el mejor registro, beneficiados de la piscina y la ausencia de viento.
Curiosamente, a la vuelta, junto a Camargo, marcaron los cuatro peores tiempos, al enmarañarse sus palas en las densas aguas moañesas. Puede que sean fiables, pero a veces fanganosas y, lejos de remar, las traineras parecen encallar. Como en el primer largo, Castro puso el turbo para fuera y acabó con la oposición de San Pedro. Para dentro, remató la faena pese a los barcos de recreo que acompañaron a las traineras.
En la segunda tanda, San Juan estuvo cerca de los castreños, en una regata muy regular en la que el sprint final de Tirán levantó a la afición local, para desgracia de Zumaia, que llegó a liderar su manga en el segundo largo pero cedió ante los gallegos en la txanpa final.