"Cuando corría con 12, 13 o 14 años pensaba que parecía un chico"
Ángela Vilariño fue de las primeras pilotos en el karting vasco
olaberria. Ángela Vilariño ha estado casi toda su vida vinculada al automovilismo, aunque empezó a interesarse por este mundo "tarde, a los doce años. Yo iba a las carreras de karts con mi hermano y mi padre, pero nunca me preguntaron si quería correr. De repente, surgió. Me monté en un kart y como vieron que me gustaba nos lanzamos. Mi padre y mi hermano siempre me han ayudado".
La hondarribiarra relata que "en la época en la que corría en karting era la única chica aquí. Gané algún campeonato vasco junior y alguno de resistencia. Ahora hay más chicas en el karting. Yo no tuve la referencia de ninguna mujer piloto. Cuando empecé iba a correr a Catalunya y al campeonato de España, y solo había dos, pero no coincidíamos porque una era un poco mayor y la otra un poco más joven".
La piloto reconoce que en esa época se sentía un tanto extraña en las carreras: "Era casi la única chica en los karts. En el cole las amigas tenían otras cosas en la cabeza y yo estaba con mis carreras. Con 12, 13 o 14 años a veces pensaba para mí Joder, parezco un chico".
Pese a tener solo 25 años, Ángela ya ha probado varias modalidades: "Después del karting pasé a la montaña, luego a resistencia con prototipos y, luego corrí con la barqueta en montaña, aparte de ser copiloto de mi hermano, y después empecé en los rallys".
dos accidentes El cambio a las pruebas de resistencia se produjo después de tener a su hija Aitana, de tres años, y "a raíz de que mi hermano tuviera un accidente en montaña en Gorla, en 2007". También Ángela ha tenido dos sustos importantes: "En 2009, en el Paul Ricard, salí volando con la barqueta de un prototipo. Fue en una curva a 230 kilómetros por hora. Habíamos cambiado los alerones de atrás. Salí volando hacia un muro de dos metros. Me dije Prepárate para la que te vas a dar, pero cogí tanto vuelo que pasé por encima del muro y acabé fuera del circuito, justo enfrente de un árbol. Cuando terminó todo ya tenía un médico encima. Estuve fastidiada de cuello, espalda y piernas, y acabé llena de moratones, pero no me rompí nada. Cuando estás así piensas Quién me habrá mandado venir aquí".
Su segundo accidente grave se produjo "el año pasado. Nos caímos en un rally dando varias vueltas de campana, pero la verdad es que en un coche no te enteras mucho. Nos dimos un golpe seco contra un árbol cortado y yo pensé Ya hemos parado, y empezamos a dar vueltas. No te haces nada, pero parece que te ha pasado un camión por encima".