Una ola arrastra a Orio hasta la bandera
La 'Mirotza' gana la bandera al enjugar a 90 metros de meta la renta de UrdaibaiHondarribia resucita con un gran triunfo parcial aunque sin tocar un mástil
Donostia. A Orio se le escapaba la bandera, y el último largo agonizaba en una mar que engrandeció el remo. Faltaban unos 90 metros, y el GPS cantaba trece segundos de Urdaibai -que había remado en la tanda previa- a la Mirotza, que la víspera aventajó a la Bou Bizkaia en 11.96. El recuerdo de hace tres años, cuando los vizcainos enjugaron once segundos a los amarillos, se cernió sobre Zarautz. De pronto, cuando parecía que lo tenía todo perdido, cuando Urdaibai estaba a punto de golpear la moral de sus rivales al título de la Liga San Miguel, el bote amarillo emergió sobre una alfombra voladora en forma de ola, Aitor Carrillo se desgañitó en la popa, aquello cogió vuelo mientras trece remeros apretaban el remo como si fuera el mástil de la bandera que no querían dejar escapar, aún llegó otra ola, y sobre ella los de Joxean Olaskoaga alcanzaron la meta planeando y casi aterrizaron en el malecón, como Castro en 2008, aunque la mar no estaba ayer para batir aquel récord. La Bandera de Zarautz viajó a la villa vecina por décima vez en 33 ediciones.
Orio hizo valer su renta del sábado, pues ayer no pasó de la cuarta plaza. Suficiente para mantener el liderato, aunque Urdaibai le recortó dos puntos y se sitúa a cuatro. A ambas les batió Hondarribia, a la que, por fin, le sonrió la suerte que le ha sido esquiva durante la mayor parte de la liga. Para su infortunio, su triunfo no llegó envuelto en un trapo, pero al menos llegó y lo hizo en el mejor momento: en vísperas de su regata y, sobre todo, de La Concha. Los de la Ama Guadalupekoa, terceros en la suma de los dos días, vivieron la misma experiencia que Castro en 2006 y Orio en 2007, que ganaron una jornada sin oler bandera.
Empopadas preciosas Como el sábado, la mar se reivindicó ayer como el único escenario que permite al remo alcanzar todo su esplendor. Lo magnifica hasta tal punto que el tiempo se relativiza y tres segundos en contra, que tanto cuesta recuperar en una ría -salvo que medien injustas corrientes-, se convierten en seis a favor a nada que una cuadrilla exprima dos olas como las que arrastraron a Orio hasta la bandera.
Ayer, los patrones gozaron con las ondas marinas, más limpias y marcadas que la víspera, aunque menores. Aitor Carrillo -de nuevo líder de los patrones tras ser el mejor ayer por delante de dos zorros como Fontán y Zurinaga- se lo pasó en grande en su tanda, que sufrió algo más de viento que la anterior, en la que Hondarribia había rebajado el mejor tiempo de San Pedro. La Libia, tercera ayer, va a morir para defender su octava plaza en la tabla.
Con el aire azotando las proas, Orio viró en primera posición, pero a diez segundos de la Ama Guadalupekoa y a nueve de Urdaibai. Castro se despidió de la bandera al volver en popare, al igual que la víspera los de Mikel Orbañanos. En la segunda ciaboga, el triunfo final era cosa de Orio y Astillero, separadas el sábado por un segundo largo, pues ambas ya estaban en los tiempos de Urdaibai, aunque por detrás de Kaiku, que remontó con una ola que casi obliga a Zurinaga a hacer un trompo en la baliza.
Hacia afuera, Astillero cedió ante el morboso pulso que Orio y Kaiku libraron mientras les iban cayendo segundos encima: 16 a favor de Hondarribia en la ciaboga y 11 de Urdaibai. Con la bandera en el aire, Kaiku llegó a aventajar en 4 segundos a Orio a falta de 500 metros, pero luego vendría el despegue de la Mirotza para colgarse de la bandera.
En la primera tanda, al margen del regatón de San Pedro, Tirán padeció otro calvario entre las olas y Zumaia y Zarautz cedieron demasiado. En la segunda, Hondarribia aguantó la embestida de Urdaibai y San Juan y Pedreña no acertaron con las olas de popa que Orio cogió y Astillero no.