Bodegas Olarra está celebrando durante este año su 50 aniversario. Es una de las bodegas que hicieron grande a Rioja y convirtieron esa denominación de origen en la referencia del vino en España. La bodega riojana presentó su espectacular edificio al mundo en 1973. 

Actualmente está dirigida por la tercera generación de la familia Ucín: Pedro, Luis y Marcial. Uno de los principales logros ha sido su capacidad para rodearse de profesionales talentosos y comprometidos para quienes el “proyecto Olarra” es considerado como propio. “Olarra es una historia viva, alimentada por toda la gente que ha trabajado con nosotros durante tantos años’”.

Olarra es una historia viva, alimentada por toda la gente que ha trabajado con nosotros durante tantos años

La catedral del vino

La construcción de la espectacular bodega es obra de Juan Antonio Ridruejo, el arquitecto que a principios de los años 70 recibió el encargo de construir una bodega que estuviera al servicio del vino. Hasta entonces, el vino se elaboraba en plantas industriales de nulo valor arquitectónico, pero con Olarra, Ridruejo se adelantó varias décadas a lo que posteriormente se ha denominado la ‘arquitectura del vino’ y proyectó una construcción especialmente pensada para la elaboración de vino, por lo que la funcionalidad está tan presente como el diseño.

Ha sido apodada la “Catedral de Rioja” y está construida en forma de letra Y, sus tres “alas” simbolizan las tres zonas vinícolas de Rioja: Alta, Alavesa y Oriental. 

Ridruejo se adelantó varias décadas a lo que posteriormente se ha denominado la ‘arquitectura del vino’.

Viticultura y enología

Bodegas Olarra gestiona alrededor de 1.200 hectáreas de viñedo principalmente en la subzona de Rioja Alta. El viñedo se extiende al sur del río Ebro desde las Conchas de Haro en el oeste hasta un poco más allá de Logroño en el este. Sin embargo, el terruño y las materias primas son sólo una de las razones para los grandes vinos que ha elaborado Bodegas Olarra en sus 50 años de vida. 

Durante más de dos décadas, Bodegas Olarra tuvo la suerte de trabajar con el reconocido enólogo Ezequiel García, alias “El Brujo”, fallecido en 2017. Sin embargo, sus 21 años en Olarra dejaron una huella imborrable en los vinos y en el equipo de enología actual, liderado por Luis Limousin Ucín junto a Javier Martínez de Salinas (uno de los mejores enólogos de España).

En la actualidad, Bodegas Olarra basa sus vinos en la mejor selección de materia prima, en métodos de elaboración tradicionales que se han ido adaptando a los nuevos tiempos y en una evolución tranquila de sus vinos de acuerdo a los nuevos gustos del consumidor.

El Grupo Bodegas Olarra nace en 1973 con la construcción, a las afueras de Logroño, de una bodega para grandes vinos de Rioja.

Un ejemplo del legado que dejó El Brujo en Bodegas Olarra es el vino que han recuperado para celebrar este 50 Aniversario, Olarra Gran Reserva 2011, una edición limitada de 12.385 botellas que ha recuperado procedimientos de elaboración de la época dorada de los vinos de Rioja.

Grandes vinos de Rioja

Actualmente Bodegas Olarra mantiene su legado elaborando grandes vinos de Rioja como los Cerro Añón Crianza, Reserva y Gran Reserva, manteniendo la elaboración tradicional que tanta fama ha dado a Rioja, buscando el ensamblaje perfecto de uvas seleccionadas, que proceden de diferentes zonas y representan gran diversidad de viñedos y suelos. Así se ha escrito la historia de Rioja.

Olarra Gran Reserva 2011 es una edición limitada de 12.385 botellas que ha recuperado procedimientos de elaboración de la época dorada de los vinos de Rioja

Por su parte, los vinos Añares son vinos frescos, suaves y muy afrutados en el caso de los más jóvenes, y armoniosos con leves aromas a barrica en los criados. Vinos muy cercanos. Vinos que se viven.

Y recientemente la bodega riojana sacó al mercado su vino más rompedor y moderno, El Rayo. Un vino libre y sin ataduras que cada año mostrará las condiciones que ha vivido. Apenas se realiza intervención sobre el viñedo para que la naturaleza se exprese libremente a través de un vino tradicional en su concepto, pero icónico y memorable en su presentación.