La sala laboratorio del Museo San Telmo presenta la obra de Xare Alvarez Berakoetxea (Donostia, 1990), compuesta por ocho esculturas, tres tejidos sobre lino y tres tintas sobre papel artesanal, tras su última exposición en la Galería Altxerri de la ciudad hace dos años.

Esculturas sobre pared y stabiles que cuelgan del techo, de formas orgánicas (árboles, cuerdas, tejidos), resueltas con aluminio fundido y cascarilla cerámica, que adoptan un punto de cocción crudo, con texturas cara vista, y se mueven entre los Pliegues y los Nudos, repertorios formales adoptados por las últimas generaciones de artistas femeninas.

Sus pliegues de telas, a manera de arpilleras, con sus puntos de grano y sus pequeños agujeros, en posiciones diagonales y verticales, resultan más atractivos y convincentes que sus nudos con ramas de árboles y cuerdas, que resultan algo más toscos y elementales, repertorios que parecen hallarse en embrión y estado de gestación.

Los mismos repertorios iconográficos se desarrollan en sus telas de lino bordadas con líneas ondulantes de carácter fitomorfo, lacerías y entrelazados, de gran sutilidad y aromas japoneses. La línea curva y ondulante concede a estas telas un aire cinético y dinámico.

Formas más geométricas y de tejidos más abiertos se advierten en sus tintas sobre papel artesanal, trazadas con ligeras pinceladas, aportando una gran sutilidad y evanescencia al acabado de las mismas.

Xare Alvarez se mueve en los límites de lo minimal y un cierto brutalismo, refinamiento y tosquedad al mismo tiempo, sutilidad y crudeza al unísono, procesos germinales, claros y expresivos, que irán madurando y creciendo sin duda en su futuro creativo.