Las pinturas renacentistas halladas en la parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de Beasain siguen provocando entusiasmo en todo aquel que conoce su existencia. Y es que se trata de un descubrimiento único en Gipuzkoa, ya que no existen pinturas renacentistas de esta envergadura y en tan buen estado de conservación en ningún otro lugar del territorio.

Con motivo de este hallazgo, y con el propósito de supervisar el proceso de restauración en curso, la directora de Cultura de la Diputación Foral de Gipuzkoa, María José Telleria, ha visitado esta mañana la parroquia, acompañada por la alcaldesa de la localidad, Leire Artola, la conservadora-restauradora de obras de arte Cristina Fernández, el responsable del patrimonio de la Diócesis de Donostia, Jon Elizalde, y técnicos de la Diputación y trabajadores de la empresa Artez.

“El descubrimiento de estos murales renacentistas ha sido una satisfacción inesperada”, ha señalado la alcaldesa de Beasain, entusiasmada, quien ha asegurado que este hallazgo “viene a enriquecer nuestro patrimonio histórico y artístico, así como a sumar a la oferta turística existente en el municipio”. Artola ha añadido que estas pinturas “colocan a Beasain en el mapa”. Cabe señalar que para que los beasaindarras y todo aquel que se acerque la parroquia pueda disfrutar de las pinturas encontradas, se adelantará el retablo mayor tres metros de su tradicional posición.

Dando continuidad a las palabras de Artola, María José Tellería ha declarado que “consideramos inversión en patrimonio cultural la ayuda concedida en el marco de nuestro convenio con la Iglesia”. La financiación de esta restauración corre a cargo de la Diputación Foral de Gipuzkoa, el Obispado y el Ayuntamiento de Beasain. Hasta la fecha los trabajos han tenido un coste de 199.875,74 euros.

Consecuencia de un pequeño incidente

Las pinturas fueron descubiertas el 15 de julio de 2022 durante las obras para resolver el problema de insectos xilófagos que afectaba la estructura de la iglesia. La presencia de estos insectos fue identificada después de que se desprendiera un fragmento decorativo del retablo del altar mayor en julio de 2021. Tras el desmontaje, con el fin de garantizar la estabilidad, seguridad y conservación a largo plazo del retablo de estilo barroco madrileño, construido en el año 1671 por Juan de Urrusualde y Echeverría, salieron a la luz pinturas murales originales del año 1555 realizadas por Juan Pérez de Landa. Asimismo, la exploración permitió descubrir pinturas adicionales en los muros del presbiterio, ocultas bajo encalados y morteros. Estas pinturas representan pasajes religiosos tales como la Quinta Angustia, la Crucifixión, el Prendimiento y la Oración en el Huerto. Además, en la bóveda se pueden apreciar imágenes de ángeles, seres mitológicos y elementos vegetales, entre otros. Cabe destacar que también se destaparon pinturas de una fecha posterior.

Actualmente, estas obras están siendo sometidas a un proceso de recuperación meticuloso. Hasta ahora se han eliminado los recubrimientos que las ocultaban, efectuando también trabajos de fijación. Finalmente, se está realizando el estudio para determinar los métodos de consolidación, limpieza y reintegración para los trabajos que se llevarán a cabo durante 2024.