Opus Lírica ha tenido que reorganizar su agenda de proyectos y el laboratorio de ópera que tenía previsto realizar a finales de este mes lo retrasará hasta 2024. Así se lo ha explicado a este periódico su directora, la soprano Ainhoa Garmendia, quien ha relatado la sucesión de eventos que ha llevado a la organización a tomar esta decisión.

No es el único cambio que han hecho en su calendario próximo. Con intención de celebrar el décimo aniversario de esta compañía que lucha por instaurar un programa estable de ópera en Donostia, en verano de 2022 reservaron varias fechas en el Kursaal para febrero de 2024 y así llevar a escena La traviata, de Giuseppe Verdi, que era parte de la programación de Kursaal Eszena.

No obstante, Opus Lírica se ha topado una “contraprogramación” inesperada por parte del palacio de congresos. Este mismo fin de semana, una compañía itinerante representará en ese mismo espacio su propia versión de esta obra italiana. Ante la cercanía de dos Traviatas en un plazo de apenas cuatro meses, Opus Lírica ha desistido de su empeño –“No tiene sentido representar dos veces la misma obra durante la misma temporada en una ciudad como Donostia”– y ha decidido sustituir la de Giuseppe Verdi por El elixir de amor, de Gaetano Donizetti, que fue, a su vez, la primera obra que la compañía de Ainhoa Garmendia llevó a escena hace diez años.

En el camino, también valoraron la opción de representar El caserío, de Jesús Guridi, opción que finalmente descartaron, dado que será la Asociación Lírica Sasibill, con motivo de su 25º aniversario, quien la ponga en escena el año que viene.

Otra de las decisiones que han tomado tiene que ver con el II Concurso de Ópera y Zarzuela que celebraron el pasado de mes de septiembre. En un inicio, los vencedores de esta edición iban a participar como parte del elenco de La traviata, pero en el caso de El elixir de amor la organización ha optado por contar, además de con estos, con los vencedores de la primera edición.

‘el elixir de amor’

La obra de Donizetti habla sobre Nemorino, un campesino tímido enamorado de Adina, una mujer que lo ignora. Un “charlatán”, por su parte, le proporciona una poción bajo la promesa de que si la toma conquistará a su amada.

Como en cada producción, Opus Lírica buscará darle una vuelta al concepto de la obra. El director de escena Carlos Crooke quiere apostar por acercar la representación al mundo del musical y al de la juventud y, además, tratar conceptualmente temas como “la autoestima, la aceptación, el amor, el sexo, el bullying, la disciplina, el racismo, la xenofobia y la nomofobia”.

Se retrasa el laboratorio

Este hecho, por su parte, ha truncado todo el plan. La iniciativa de Ópera Lab se iba a celebrar entre el 27 de noviembre y el 3 de diciembre en distintos espacios del Victoria Eugenia. Se trata de una experiencia inédita, una especie de “concierto participativo” con el que la compañía, en su afán por acercar este medio al público, quería hacer que el respetable participase, como nunca, de la producción de La traviata. De esta manera, buscaban “deshacer analíticamente la ópera” para darle un nuevo enfoque, todo ello desde el didactismo y con la intención de que la ciudadanía no sólo experimentase las entretelas de un trabajo de este tipo, sino que también aportase su granito de arena al resultado final. Los sucesivos cambios de concepto para el laboratorio –de La traviata a El caserío y, finalmente, a El elixir de amor– han hecho que la organización pierda “demasiado tiempo”, lo que ha afectado a la venta de entradas. Por ello, han decidido aplazar un año el laboratorio.