Tras alzarse con el premio principal en el último Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges, Cuando acecha la maldad, la nueva propuesta argentina del realizador Demián Rugna, bien conocido por su Aterrados (2017), será la encargada de cerrar este jueves las proyecciones a competición de la 34ª Semana de Cine Fantástico y de Terror. El actor principal de esta producción sobre un mal diabólico que se propaga como un virus, Ezequiel Rodríguez, ha comparecido este miércoles en el Victoria Eugenia para defender el largometraje.

Cuando acecha la maldad, ambientada en el entorno rural de Argentina, habla de una sociedad que ha normalizado la convivencia con las posesiones demoníacas: son una enfermedad más. Cuando los agentes de la policía Pedro y Jaime, interpretados, respectivamente, por el propio Rodríguez y Demián Salomón, descubren el cuerpo mutilado de un técnico del Gobierno que había visitado la aldea con el objetivo de purgar a un endemoniado del que no se tenía noticia, arranca una escalada de terror, violencia y paranoia. Con ecos evidentes a la pandemia del covid-19, estos hermanos intentarán huir para poner a su familia a salvo de un posible infección en cadena de poseídos que acaben con todo.

Rodríguez ha explicado que al realizador y guionista le vino la idea de esta película cuando se trasladó de Buenos Aires a un enclave del interior del país. En su camino se fijó en cómo los intereses económicos, los monocultivos de soja, envenenan la tierra y pensó en cómo sería la vida de alguien que, enfermo, viviese rodeado por pesticidas.

Además de la crítica socioeconómica, un paralelismo con la realidad política y el aumento de la ultraderecha en su país, encarnada por Javier Milei, también parece evidente. Preguntado por esta cuestión y por cómo vive el complicado momento social en Argentina, Rodríguez ha negado que la metáfora de la maldad como una enfermedad descontrolada pueda aplicarse directamente a la sociedad contemporánea, dado que entiende que el ser humano no es intrínsecamente malvado. No obstante, ha añadido que el paralelismo sí que podría establecerse con la ignorancia, un virus con el que los sectores más reaccionarios, conservadores y liberales, auspiciados por los medios de comunicación, quieren infectar a la población. Junto a la ignorancia, ha opinado el actor, viene el “miedo” y con este aparece la “grieta” social, la oposición entre unos y otros, simplemente, por el hecho de que el de enfrente es distinto a uno mismo. Como ejemplo de esto, Rodríguez, que llega a “encabronarse” con lo que ocurre en Argentina, ha señalado las propuestas del ultraderechista Milei para desmontar la educación y la sanidad públicas, de las que el actor se siente “orgulloso”.

Lo que el terror permite

El de Pedro es un nuevo papel en una película de género para Rodríguez, que considera que es el terror un área en el que un interprete puede dar lo mejor de sí, saltando en la misma cinta de un registro a otro, por encima de cualquier otro género. El argentino, en este caso, se mete en la piel de un policía desubicado y violento, que perdió la custodia de sus hijos a los que, de cualquier modo, intenta salvar a toda costa. Aunque ha trabajado mucho en televisión en comedias románticas, Rodríguez ha destacado en los últimos años por este tipo de películas. “El hecho de tener la posibilidad de actuar en películas de terror hace que uno tenga un entrenamiento muy fuerte como actor debido a la exigencia emocional que requieren”, asegura.