- Las salas de cine no han visto un momento con tantas restricciones como el actual desde que abrieron sus puertas el 26 de junio de 2020 tras el confinamiento. Aunque la mayor parte de este tiempo han convivido con limitaciones de aforo, nunca antes habían tenido un 40% de reducción de espectadores junto a la prohibición de comer. “Y a ello hay que sumar el certificado covid, que sigue siendo una reducción porque hay gente que no puede venir. Solo falta que nos limiten el horario”, cuenta a este periódico el secretario de Ezae (Asociación de salas de cine de Euskadi), Iñaki Elorza, visiblemente enfadado.

“Nos recortan por todos los lados. Dan ganas de dejar las llaves dentro y cerrar hasta que todo esto haya pasado de una vez”, afirma Elorza, que confiaba en que la semana que todavía queda de navidades siguiera la remontada que estaban viviendo las salas: “Es una temporada en la que hay muchas películas familiares y vienen en grupo. Un claro ejemplo de ello ha sido Spiderman. Estábamos resignados porque no podíamos aprovecharlo para el consumo de comida y bebida y ahora llega esto”.

Sin lugar a dudas, los cines han sido uno de los puntos que más vaivenes de aforo han sufrido. Tras llegar a estar al 35% durante muchos meses -un porcentaje que ninguna otra Comunidad Autónoma tomó-, a partir de septiembre la cifra se elevó hasta el 60%. Sin embargo, no fue hasta el fin del estado de alarma cuando pudo recuperarse el 100%. “Nosotros no tenemos grandes salas de 800 butacas para compensarlo. Algunas se quedan ridículamente pequeñas. No podemos más”, asegura el también el responsable de la unidad de cine de SADE.

La nueva reducción de aforos, no obstante, podría ir acompañada de una buena noticia: la recuperación del permiso de comer y beber en las salas. El Gobierno Vasco alegó que, con el 100% de la capacidad, era imposible mantener las distancias y, por lo tanto, retirarse la mascarilla para poder ingerir. “Por esa regla, ahora sí se podría comer. Ya le hemos trasladado la consulta al Gobierno Vasco, pero no tenemos esperanzas. Tal y como está la situación, no creemos que nos lo concedan”, se resigna.