- El donostiarra Mikel Gurrea (San Sebastián, 1985) reflexiona sobre el conflicto vasco con sutileza y una narrativa poco convencional en Heltzear, el primer cortometraje en euskera que participa en el Festival de Cine de Venecia y que se proyectó ayer en la sección competitiva Horizontes.

Heltzear se sitúa en el año 2000 y muestra a Sara, una escaladora de quince años, entrenando mientras a través de su propia voz en off lee una carta escrita a su hermano ausente -se da a entender que está encarcelado- y confronta la complejidad de sus sentimientos al respecto.

“La intención era experimentar con tres capas que tienen que ver con mis vivencias personales pero desde la ficción”, explicó Gurrea, “ser adolescente en el año 2000 en Donostia con el contexto político del conflicto, practicar la escalada deportiva con fin competitivo -lo hizo de los 15 a los 18- y no buscar significados cerrados”.

De esas tres premisas nació Heltzear, su cuarto cortometraje, rodado en Donostia, Andoain y Dima y protagonizado por Haizea Oses, Mikel Arruti y Oier de Santiago, que no son actores profesionales sino escaladores.

“Por lo que recuerdo de estar ahí colgado de una pared, sabía que había algo que no podía pedirle a un actor que hiciese, en la película Sara habla a través de su cuerpo, de sus acciones físicas”, explicó Gurrea.

El director acaba de terminar de rodar en Catalunya su primer largometraje, Suro, protagonizado por Vicky Luengo y Pol López, la historia de una pareja que, a punto de tener su primer hijo, decide dejar la ciudad y trasladarse al bosque “cargados de ideales para reflotar su vida y su relación”, pero la vida pondrá a prueba su idealismo.

Sobre el hecho de que Heltzear sea el primer corto en euskera en competir en Venecia, Gurrea aseguró “con toda la humildad y sin complejos” que le hace ilusión pero “lo importante es que haya más”.

Junto a Heltzear, la representación estatal ha sido la de dos largometrajes más: Tres, de Juanjo Giménez, y Eles transportan a morte, de Helena Girón y Samuel M. Delgado, pero en secciones independientes del certamen.

El cortometraje se sitúa en el 2000 y muestra el entrenamiento de una joven escaladora a través de sus reflexiones en voz en ‘off’