- Al igual que ocurrió el año pasado, en esta edición del Jazzaldia, el pianista mallorquín Marco Mezquida ofrecerá tres recitales distintos. Esta noche presentará en la Trini el trío Talismán, compuesto junto a Aleix Tobias (percusión) y Martín Meléndez (violonchelo), y su primer disco homónimo. Mañana actuará solo ante el piano en las sesiones mañaneras de San Telmo, mientras que el domingo será parte de la orquesta que acompañará a Sílvia Pérez Cruz en el Kursaal.

Marco Mezquida en esta edición del Jazzaldia será uno de los más trabajadores con hasta tres conciertos, el mismo número que en el festival de 2020.

-Tengo el honor de tener tres oportunidades de mostrarme en este maravilloso festival. El año pasado, como dices, también tuve tres conciertos muy importantes. Estoy muy feliz de sentir este cariño desde el Jazzaldia.

Antes de entrar en los conciertos de este año, permítame preguntarle sobre una cuestión relativa al concierto que ofreció con Sílvia Pérez Cruz el año pasado en el Kursaal. Durante un solo de piano, en aquella cita, incluyó un fragmento de 'Xalbadorren heriotzean'. ¿Cómo llegó a esta esa canción?

-Es una melodía de la que me quedé absolutamente enamorado hace seis o siete años. Recuerdo que era el último día del año y estaba con mi amigo Gorka Reino, de JazzOn, en Bilbao. Por la mañana escuché algún grupo con un acordeón y cantaron esta canción. Me quedé alucinado y la grabé con el teléfono móvil. La iba escuchando pero desconocía cuál era su título. Al cabo de dos o tres años, con la melodía tatuadísima, se la canté a un amigo y me dijo que era Xalbadorren heriotzean. Entonces, quise hacer una mención en aquel concierto.

Su relación con Sílvia Pérez Cruz parece que es muy fructífera.

-Tenemos una relación muy sólida, muy bonita, con mucho respeto y admiración. Eso hace que la música continúe brillando y sonando con mucha intensidad y vitalidad.

Ofrecerá tres conciertos en este Jazzaldia pero, ¿en cuántos proyectos anda involucrado Marco Mezquida?

-Básicamente, son estos proyectos. Presento el trío Talismán, y también tengo un trío con Chicuelo y Paco de Mode. Después está mi proyecto en solitario con el piano que presentaré en San Telmo y, si recuerdas, el año pasado toqué en la plaza de la Trinidad con mi cuarteto dedicado a Beethoven. Diría que los que presenté el año pasado y los que presento este son mis proyectos más representativos junto al dúo con Sílvia, que ahora está en standby, porque estamos presentando la banda de Farsa.

¿Tener tantos proyectos en marcha no puede llegar a ser estresante?

-Depende de cómo sea cada uno. Más de uno, cuando ve mi agenda, me dice que no podría durar ni dos semanas a mi ritmo. A mí me pasa lo contrario, me encanta, es muy motivador. Me gusta formar parte e impulsar nuevos proyectos. Eso hace que uno esté muy despierto, muy estímulado y en forma. Si solo estuviese presentando un proyecto me sentiría un poquito menos estimulado. Hay gente que disfruta manteniendo un solo proyecto en el que está focalizado. Yo estoy focalizado en unos proyectos bien diferentes entre ellos y creo que son sui géneris y, humildemente, interesantes.

Viene de Madrid de actuar con Noa, que mañana se subirá al mismo escenario que usted hoy, a la 'Trini'.

-Ayer formé parte del dúo de Noa, que fue un trío durante más de la mitad del concierto. Es un gran honor porque Gil Dor y Noa llevan tocando más de 30 años juntos.

Enfocándonos en Talismán, si algo transmite su disco es alegría.

-Pues me alegro mucho de que te lo haya parecido, porque es mi intención. Es un canto bien positivo y de jovialidad, con una selección de canciones bien frescas. Me acompañan absolutos portentos de la música, maestros con los que disfruto muchísimo. La música es muy jovial, muy vital, llena de energía. Queríamos compartir alegría en estos momentos tan delicados, tan complejos, después de un año muy recluso. Deseábamos ofrecer un trabajo que fuese un canto a la vida, ese es mi Talismán.

¿Cómo fue el proceso de creación?

-Hay canciones de amor, canciones dedicadas a personas, a momentos... Cada canción está inspirada en toda la paleta musical que pueden ofrecer estos portentosos músicos que me acompañan. No son pretenciosos a nivel compositivo pero son, en este momento, mi autorretrato. Creo que en este disco también están todas mis influencias de la música clásica, de la popular, de la ibérica, de la mediterránea, del jazz, de la improvisación libre... Hay guiños a la música balcánica o turca, también hay algún otro a la argentina con la samba Alfajor. Todo suena muy personal, muy propio por ello.

En su carrera y con su piano toca todas las teclas en cuanto a estilos.

-Eso se intenta (ríe). Me gusta mucho disfrutar de músicas muy diversas y, sobre todo, si tiene interés, mi bagaje es todo un cóctel de aprendizaje y de ganas de ofrecerlo. En el piano solo y en Talismán es donde siento que he podido mostrarlo con mayor libertad.

¿Cómo vivió Marco Mezquida 2020?

-Estaba muy ilusionado porque tenía muchos conciertos internacionales, desde Nueva York a Japón, algo que se vió truncado. Ahora se vuelven a abrir las fronteras un poquito. Fueron tres meses duros de confinamiento. No dejé de estudiar ni de componer pero los ánimos estuvieron bajos. A medida que pasaba el verano se fueron abriendo bastantes festivales y sí que contaron conmigo y con mis proyectos. Eso fue un chute estimulante. Cuando parecía que todo había pasado, llegó el otoño con las siguientes olas que afectaron mucho a la cultura. Todo eso también ha mellado la alegría y la jovialidad de la sociedad. Eso hay que recuperarlo poco a poco, con cuidado y con atención porque el virus sigue ahí.

¿Algún proyecto nuevo en mente?

-Estoy componiendo para el siguiente disco de Talismán con este trío con el que quiero continuar ofreciendo muchos conciertos. Además, estamos preparando el tercer disco junto a Chicuelo. Estoy componiendo varias piezas para un coro de voces blancas.