ace poco, tras decirle a una persona que venía a la Semana de Cine Fantástico y de Terror a presentar Caminantes, me respondió: mientras todo el mundo hace cine para ver en los putos móviles, vas tú y ruedas una serie con móviles para ver en el cine”. El cineasta vizcaino Koldo Serra hizo ayer un parón en el rodaje de La casa de papel y se acercó a Donostia para presentar un nuevo montaje de su serie Caminantes, una producción para Orange TV que se estrenó el pasado verano y que fue idea original del también vizcaino José Antonio Pérez Ledo -guionista y director, conocido también por ser el hombre tras el usuario de Twitter @mimesacojea-, que también se ha encargado de los libretos.

Caminantes se podrá ver esta tarde completa en el Victoria Eugenia, con un montaje especial con el que se podrán ver los siete episodios seguidos -apenas dura dos horas-. La ficción sigue a cinco jóvenes que, tras salir de Roncesvalles por el Camino de Santiago, se pierden en la Selva de Irati -el rodaje tuvo lugar en varios enclaves de Bizkaia y contó con un nutrido grupo de profesionales vascos-. Allí sentirán el terror al ser perseguidos por desconocidos.

Esta producción, enmarcada dentro del subgénero found footage -metraje encontrado-, se rodó con cuatro móviles -dos iPhone 11 y dos iPhone 10 XS-. De hecho, se simula que son los propios actores los que con sus móviles captan todo lo que pasa, para retransmitirlo o subirlo posteriormente a las redes sociales. Lo único que no se rodó así fueron una serie de imágenes filmadas con betacam para simular un informativo de 1999.

En un intento por no caer en lo repetitivo con un recurso tan explotado como el found footage, Serra y Pérez Ledo decidieron actualizar el propio lenguaje cinematográfico de ese recurso la época de Instagram -la propia idea de llevar a cabo un remontaje que se pudiese exhibir en la Semana surgió de una conversación en Twitter entre Serra y Josemi Beltrán-. Vídeos en vertical para ser usados en Stories, boomerang, filtros de Snapchat, imágenes de dron y diferentes ópticas para las móviles se han puesto al servicio de una historia que no escatima en brutalidad y “bestialidad” en su planteamiento; una violencia visual que, incluso, fue alentada por la propia Orange para sorpresa de sus creadores que no han tenido ningún tipo de límites a la hora de cruzar líneas.