Dirección: William Nicholson. Guion: William Nicholson. Reparto: Annette Bening, Bill Nighy, Aiysha Hart, Josh O'Connor, Nicholas Burns, Rose Keegan, Sally Rogers, Steven Pacey, Nicholas Blane, Derren Litten, Ryan McKen, Ninette Finch, Joel MacCormack, Anne Bryson. Género: Drama. País y duración: Reino Unido (2019), 100 min.

a historia de una separación, la de sus propios padres, llevó al cineasta británico William Nicholson a escribir y, posteriormente, dirigir Regreso a Hope Gap. Un filme que crece a partir de las cenizas de un matrimonio roto que sacudirá emocionalmente a los miembros de una familia a punto de dividirse. Cine como catársis para Nicholson, que ha tardado más de veinte años en volver a dirigir un largo, tras debutar como director en 1997 con A la luz del fuego. Un tiempo en el que ha madurado un guion que radiografía las consecuencias del divorcio.

"Tendemos a pensar que el divorcio es devastador solo para los niños y eso es falso: si ya eres adulto y tus padres se separan, ello te obliga a reconsiderar lo que ha sustentado tu financia", explica el realizador británico, coautor de guiones de películas como Los Miserables (2012) y Gladiator (2000). Pero Regreso a Hope Gap es su proyecto más personal, ya que surge a partir de la separación real de sus propios padres y reconoce que en el filme "hay algunos momentos muy intensos emocionalmente" que sucedieron en su familia realmente. Y de lo personal, a lo común y universal, ya que asegura que mientras daban forma a la película junto a su equipo, le impresionó "la cantidad de gente que decía que la historia resonaba en sus propias vidas, ya que algo así había pasado con sus padres".

En cuanto al guion, es la historia de un matrimonio, el de Grace y Edward Axton, que tras 29 años, va a llegar a su fin. La pareja vive en un pueblo costero cerca de Hope Gap y es ahí a donde viaja Jamie, para pasar un fin de semana con sus padres. Y cuando su padre le confiesa su intención de marcharse de casa cuanto antes, cada miembro de la familia deberá de buscar la manera de recomponerse y tratar de salir adelante.

Para transmitir esa confusión que genera el conflicto familiar, fue de vital relevancia el casting y la elección de quiénes serían los Axton. Así, tras largas conversaciones y propuestas, finalmente los veteranos Annette Bening -nominada al Oscar en cuatro ocasiones, por papeles como el de American Beauty- y Bill Nighy -veterano actor galardonado, entre otros, con un Globo de Oro y que recientemente ha rodado La librería- por fueron los elegidos para encarnar a la pareja. "Ambos actores son muy sensibles y auténticos, crean un efecto emocional de gran intensidad con un esfuerzo aparentemente mínimo", explica el director sobre la conexión entre la pareja protagonista.

Y Josh O'Connor, joven intérprete conocido, entre otros proyectos, por su papel en En tierra de Dios (2017), fue el elegido para el personaje de Jamie, el hijo de Grace y Edward y el centro emocional de la película. Un trío de protagonistas sobre quienes Nicholson avanza su deseo por que, a lo largo del metraje, "el efecto que generen estos tres actores remarcables en la cresta de su potencial sea abrumador".

La película revisa así las relaciones humanas, poniendo el foco en aquellas cargas que las relaciones generan en la gente, y particularmente, en esas cargas que los padres generan en sus hijos, de forma inconsciente. Lo hace, eso sí, desde una mirada seria, que descarga a ratos frialdad y presión con ciertas dosis de humor, herramienta que rebaja la tensión generada por la situación. En ese sentido, en opinión de Bill Nighy, no se trata de una historia desalentadora, sino al contrario: "Es una historia de tristeza, pero también catártica. La gente pasa a través de experiencias muy difíciles y sale por el otro lado reforzada".

Por ello obra especial peso la figura de Jamie, ya que en esta separación, debe revisar su relación tanto con su padre como con su madre, encontrando su lugar en ese nuevo espacio que va a crear la separación. Algo, que a ojos de Nicholson, va a ser muy cercano y reconocible para muchos: "Los jóvenes van a sentirse identificados con la historia, porque trata acerca del impacto sobre este chico. Necesitamos a nuestros padres como faro para nuestro futuro; si no pueden serlo, y en cierto sentido abandonan, resulta devastador".

Sobre su vuelta a los mandos de la dirección, -al margen de su faceta como guionista, desde A la luz del fuego sólo había dirigido el cortometraje Strife (2009)-, el británico se remite a su evidente conexión tan personal con el material: "No podía soportar que nadie más dirigiera RegresoaHope Gap", reivindica sobre un metraje que resume como verdad emocional: "Observamos estas interpretaciones resueltamente auténticas y te das cuenta de que no se te va a mentir, ni a engañar; así es realmente como es". Porque, concluye, así es como es la vida.