- En esta edición atípica de un año atípico del Zinemaldia la música o, más concretamente, el relato filmado de la vida y obra de algunos nombres inolvidables sobre la escena se ha hecho un hueco de excepción.

Producida por Johnny Depp y dirigida por Julien Temple, en la Sección Oficial se proyectará Crock of Gold: A Few Rounds with Shane MacGowan, que tiene como protagonista al líder del la banda de música folk de Irlanda, The Pogues.

Temple (Londres 1953) tiene a su espalda numerosas obras de ficción, pese a que en su trayectoria profesional ha dejado especial huella su trabajo como cronista del mundo del rock.

A Donostia, el realizador de documentales y vídeos musicales para artistas de la importancia de Sex Pistols, The Rolling Stones, David Bowie o Joe Strummer, llega con un trabajo sobre Shane MacGowan, el músico que aunó tradición celta y punk con un estilo imposible de emular.

En Crock of Gold: A Few Rounds with Shane MacGowan se combinan animaciones del ilustrador Ralph Stedman con imágenes de archivo inéditas de la banda y de la familia de su líder.

Pentragamas que incluyen notas de distintos ritmos y latitudes se coordinan en el Zinemaldia donde, fuera de competición pero también en la Sección Oficial, Matt Dillon presenta su segundo filme como director.

En El gran Fellove, Dillon se aproxima a la figura del cantante y compositor cubano Francisco Fellove Valdés, que tardíamente triunfó en México y que falleció en 2013, y propone una incursión a la grabación de su último disco.

Dillon se reencuentra de este modo con una ciudad y un certamen que ya le han rendido homenaje, ya que su carrera como actor fue reconocida en 2006 con el Premio Donostia.

El gran Fellove es el segundo trabajo como director de Dillon, que debutó en esos menesteres con el largometraje City of Ghost, en 2002.

Pero no solo de música vive un festival, también de amores y pasiones, como la que se imperan en Passion simple, dirigida por Danielle Arbid que se estrena en Donostia después de haber presentado distintos trabajos en certámenes como el de Cannes.

Arbid visita el Zinemaldi cargada de la pasión que la escritora Annie Ernaux consiguió reflejar en la novela del mismo nombre que la cinta, en la que Laettitia Dosch da vida a una mujer locamente enamorada de un diplomático ruso interpretado por Sergei Polunin.

Un viaje vital, el que un niño realiza con su madre para llegar al pueblo en el que ha fallecido su hermano mayor, es la propuesta del argentino Eduardo Crespo en su tercer trabajo largo: Nosotros nunca moriremos.

La aproximación de Crespo, el niño, a la muerte y el dolor se trata en Nosotros nunca moriremos no sin cierto toque de humor y melancolía.

Otro viaje vital, el que dos amigos hacen dándose apoyo después de que uno de ellos sea diagnosticado de demencia prematura, suma la experiencia de los actores Colin Firth y Stanley Tucci en Supernova, bajo las órdenes del inglés Harry Macqueen, que también ha estado en el lado opuesto de las cámaras actuando en largometrajes como Me and Orson Welles, de Richard Linklater.

En Supernova, la pareja conformada por Sam y Tusker sufre un seísmo de la mano de un cruel diagnóstico: la demencia precoz que guía a la pareja en una viaje de reencuentro con su pasado que pone a prueba su relación.

Estos cinco títulos se proyectarán en el Festival de Cine de San Sebastián como estrenos a nivel mundial. También lo son los ya previamente dados a conocer y que se suman a una Sección Oficial en la que se podrá disfrutar de los trabajos de Pablo Agüero, Sharunas Bartas, Naomi Kawase o Antonio Méndes Espeza, entre otros.

El COVID-19 ha marcado el desarrollo y organización de un festival cuya Sección Oficial levantará el telón de la mano de Rifkin´s Festival, la comedia de Woody Allen que se pasea por Donostia y que se presenta fuera de concurso.