ntes, mucho antes, de que los televisores acoplaran el sistema 3-D, TVE se ayudó de unas gafas de cartón, una fórmula un tanto peregrina pero igual de ilusionante, para que sus espectadores pudieran ver cine en tres dimensiones a través del televisior. La experiencia fue un desastre, porque no se veía nada ni con gafas ni sin ellas. Pero años después, en 1991, Hugo Stuven dio un paso más y llevó el 3-D al programa musical Caliente, que presentaron Ana García Obregón y Rody Aragón desde el Aquópolis de Madrid, y por donde también se paseaba Fofito haciendo gags con su hermano, por primera vez dirigidos a un público adulto... que recordaron un poquito más de la cuenta a las andanzas de Benny Hill.

El programa consistía en dar paso a actuaciones musicales (principalmente salsa y pop), gags y entrevistas amables a famosos. Fue allí donde la Obregón nos presentó al conde Lequio, la que era entonces su pareja y después padre de su hijo Aless (fallecido el pasado mayo con solo 27 años). Si Tele 5 tenía a las Mamachicho o las Cacao Maravillao, TVE optó por tener las chicas latinas de Caliente, que casi siempre protagonizaban los vídeos en 3-D que se recreaban en primerísimos primeros planos para que las curvas de las chicas, junto a la imaginación del espectador resolvieron las limitaciones técnicas para conseguir un efecto 3-D real. Y de pronto, de la pantalla plana del televisor empezaron a asomar tetas y culos en relieve gracias al curioso tiro de cámara del realizador de grandes éxitos anteriores como Aplauso, ¿Pero esto qué es? o Súper 88, el programa de fin de año donde a Sabrina se le salió una teta, que se salió del televisor para golpearnos en la jeta sin gafas de cartón ni falta que hacía.

Caliente fue el primer programa como presentadora en TVE de la actriz Ana Obregón, que ya era famosa por una colaboración anterior en el espacio Como Pedro por su casa, de Pedro Ruiz, y por diversos papeles en cine y series de televisión, como su tan comentado paso episódico por El equipo A.