Vitalista y apasionada, su novela El mapa de los afectos es un recorrido por las emociones que destila poesía pese a ser prosa. Tiene mucho de su propia vida, pero guardando ciertas distancias. Merino es una escritora que vive rodeada de letras se mire por donde se mire, porque su padre es el literato José María Merino, y su pareja es Manuel Vilas, último finalista del premio Planeta. Historiadora, catedrática y experta en cómic, pertenece a la llamada Generación Poética del 2000.

¿A dónde nos lleva El mapa de los afectos

Nos lleva a la aventura americana. Es la aventura de esa joven, yo, que se fue a Estados Unidos hace 25 años, en 1995, con un poemario bajo el brazo, porque acababa de publicar Preparativos para un viaje, el libro que ganó el Adonais de Poesía aquel año. De pronto van pasando los años, va madurando, va impregnándose de lo que vive y construye la ficción.

Hay un océano temporal de un cuarto de siglo entre Preparativos para un viaje y Preparativos para un viajeEl mapa de los afectos

Es increíble cómo se cierran los círculos. No sé si esta magia sucedería en la ficción, pero de pronto surge en la realidad. Es algo que aparece y que te hace pensar mucho. Soy una persona que reivindica la literatura y se esfuerza en construir su mirada literaria, que es la mirada de una niña que ha crecido rodeada de libros.

No podía ser de otra forma siendo su padre José María Merino.

Siempre puede ser de otra forma, pero tengo que reconocer que sí que ha influido. Él también ha reivindicado la literatura y la ficción como un espacio para narrar el mundo. He heredado de mis padres esa vocación y ese amor por los libros, por la escritura. Al plasmarse en el papel, llega a otra gente, a los lectores, y se celebra con premios.

¿Valeria, la joven maestra de escuela y protagonista en El mapa de los afectos

Creo que ella tiene la primera ilusión de Ana, la Ana periodista y que se va a casa de su madre a llorarle porque ha sido despedida. Hay distintos personajes a los que les suceden cosas que pueden acercarse a mí. Una evoca diferentes sensaciones a través de la literatura, pero les da total autonomía a los personajes. Me gusta mucho narrar a través del plano de la ficción.

Hay otro personaje, Samuel, el niño que va guardando sus pequeños tesoros en el hueco de un árbol. ¿Quién es más protagonista, Samuel o Valeria?

Cada uno de ellos tiene su propio protagonismo, son diferentes. El mundo de Samuel se va a quedar en el espacio de ese pueblecito, pero el de Valeria se va a abrir. Ella es la que se va y reconstruye su vida.

¿Qué significa ese árbol de su novela? ¿Es literario o tiene algo de metafórico?

Es la mirada del lector a través de ese niño que está arriba, en la copa y mirando a los demás. La narración lo que quiere es que te sitúes en esa mirada. También hay una simbología muy peculiar a lo largo de la novela con el árbol.

Se ha pasado usted la vida rodeada de libros en casa y ha acabado conviviendo con un escritor, Manuel Vilas.

También. Ja, ja, ja€ Va a parecer un vicio. Hace años estábamos los dos en Estados Unidos. Él estaba con sus giras, con sus festivales, y empezamos a conocernos. A base de coincidir en distintos lugares del mundo surgió el amor. Eso es muy bonito y ha resultado muy interesante en mi vida, en nuestras vidas. Y aquí seguimos, enamorados.

¿Hay muchos egos literarios en su vida de pareja?

Creo que no. Cuando cada uno tiene su mundo propio, lo que hay es apoyo mutuo. Yo no lo concibo de otra forma. Lo que hay que hacer es celebrar lo que cada uno construye, lo que Manuel escribe, su modo de depurar su esencia a través de la autoficción, y también lo que construyo yo a través de mi imaginación desbordada. Creo que entre ambos dialogamos muy bien a través de lo que escribimos.

Alegría es el último libro de Manuel Vilas y el tema de los afectos también es muy intenso.Alegría

Él evoca la alegría, yo evoco la bondad. Somos ambos muy intensos con el mundo de los afectos.

¿Y no hay muchas discusiones?

No. Soy una mujer difícil para discutir. Intento razonar, dialogar. Además, Manuel es profundamente cariñoso. La verdad es que tenemos pocas discusiones.

Y son una pareja de premio, porque él quedó en octubre finalista del Planeta.

Es fantástico. Se ha dado esa magia de que coincidan en poco tiempo nuestros dos premios. No sé describir cómo me siento, cómo nos sentimos.

¿Afortunados?

Es una definición. Estamos felices por esta circunstancia, que nos acerca a la literatura con nuevos ánimos.

¿Por qué ha dado el salto a la novela?

Es algo siempre inesperado, pero yo no solo he hecho poesía. Tengo libros de ensayo, tengo teatro, escribí la novela juvenil El hombre de los dos corazones y he hecho columnismo. Disfruto escribiendo y literatura son todos los géneros. Me modulo y lo hago de la misma forma que en las relaciones humanas.

¿Cómo?

Con un niño de cinco años hablamos de diferente forma que con un adolescente, un joven o un adulto. En el día a día cambiamos muchas veces de registro a la hora de hablar. No hablas igual con tu pareja que con un compañero de trabajo o con un amigo o amiga. En el caso literario es igual. Depende de qué emociones esté trabajando escribo en un género u otro.

¿Qué le ofrece la novela que no le den la poesía o el teatro?

Me permite abarcar un mundo de personajes y levantar escenografías sin tener que construir escenarios. En teatro sí que tienes que tener en cuenta los escenarios físicos y las producciones son muy complicadas. En la novela la producción es tu imaginación y cómo describas esos espacios.

En las páginas de El mapa de los afectos

Es que está muy cuidado todo el estilo. Al venir yo del espacio de la poesía, de la condensación, me interesaba mucho cuidar el estilo. Quería que el lector saboreara cada una de las palabras€

Pide usted mucho en tiempo de prisas.

Es hora de que cambiemos las prisas y que nos detengamos a leer. La gestualidad lírica me permite ofrecer al lector la posibilidad de saborear el ritmo de las palabras a la vez que le estás metiendo en la trama. Creo que El mapa de los afectos tiene una trama trepidante, porque va muy rápida. A la vez que estás escuchando las voces, ves las imágenes, los primeros planos y te das cuenta de que hay mucho trabajo de estilo.

Es usted historiadora, ¿qué queda de ella en Ana Merino?

Está incluso en la novela. Hay reflexiones al tiempo de la historia que se narra. Se habla de guerras, de por qué el hombre y la mujer tienen unas expectativas diferentes de vida, aparecen veteranos de guerra y se habla también del mundo imperializado.

Su padre es escritor y académico, el sillón m de la RAE, ¿lee él sus libros antes de que lleguen a nuestras manos?

Sí, y puedo decir que está encantado y orgulloso de lo que hago. Podía haberme dedicado a otra cosa, eso es cierto, pero la literatura me enganchó desde el principio. No sé si es culpa de mi padre o si hubiera ocurrido aunque él no fuera escritor, pero tengo que decir que soy una mujer atrapada por las letras.

Quédese con un libro de su padre.

Me quedaría con todos, pero ahora ha sacado uno donde hace un homenaje al Quijote (A través del Quijote) y quizá es con el que me quedaría ahora mismo, pero porque es lo último que ha hecho y lo que hay que celebrar.

¿Resulta más fácil sentirse segura en el mundo de la literatura teniendo un padre escritor y muy prestigiado?

Pienso que los conceptos de seguridad o inseguridad son interesantes, sobre todo el debate. Las personas estamos habitadas siempre por nuestros miedos. El miedo al fracaso es uno de los principales, una sombra que nos asusta. Es importante que si te han transmitido una pasión por la lectura y un respeto por la imaginación, los desarrolles. Esa transmisión ayuda a sobrevivir y a manejar las emociones. Influye en todo, y mi casa, igual que la de mis padres, está llena de libros.

Hay una influencer

Tengo que decir que si ese es un concepto de organización, mi casa es una desorganización total. Es más, a mí me gustaría que todas las casas tuvieran un montonazo de libros.

Pero los libros cuestan dinero y en tiempos de escasez no será en eso en lo que se invierta.

Pues entonces que exista una biblioteca de escalera, de vecindario, un lugar donde la gente que no puede tener libros en casa sí pueda acceder a ellos.

¿Existe eso en alguna parte?

No lo sé, pero me parece una propuesta posible. A ti te sobran libros, a otros les faltan, vamos a crear un espacio común. Los libros son muy importantes.

¿Qué prefiere, papel o digital?

Soy de la vieja guardia. A mí me gusta mucho incluso escribir a mano.

¿Romanticismo?

No lo sé, quizá. Me parece que la gestualidad de la caligrafía, el ordenar la mirada y ver las notas que he tomado me hace pensar. Pienso escribiendo a mano. Creo que es importante, muy importante, la caligrafía en la educación primaria. Escribir a mano te ayuda a reflexionar. Los libros tienen un tacto que me provocan emociones. Además, me gusta subrayar y añadir notas.

¿Solo vive de la escritura?

Además soy profesora. Doy talleres de cómic, un mundo que me apasiona, de desarrollo de tesis, de poesía y de teatro.

Es usted muy versátil. ¿Qué tiempo le queda libre?

El tiempo es poder hacer lo que a uno le gusta y para mí es enseñar a escribir, a saber, a compartir€ Todo eso lo hago, y estoy satisfecha.

¿Apasionada?

Lo soy, y mucho. En todo lo que hago pongo mucha pasión.

PERSONAL

Edad: 48 años (25 de junio de 1971).

Lugar de nacimiento: Madrid.

Familia: Es hija del escritor y académico José María Merino y pareja del también escritor Manuel Vilas.

Formación: Es licenciada en Historia Moderna y Contemporánea por la Universidad Complutense de Madrid. Realizó el doctorado en la Universidad de Pittsburg (Estados Unidos). Su tesis hablaba sobre el cómic en el mundo Iberoamericano.

Trayectoria: Pertenece a la generación de poetas del 2000. Con su primer poemario, Preparativos para un viaje, ganó el premio Adonais, uno de los más importantes de este género. Combina la escritura con su labor de profesora en talleres de cómic, poesía y teatro. Es la ganadora del último premio Nadal con El mapa de los afectos.

Obra: En la poética destacan Preparativos para un viaje (1995), Los días gemelos (1997), La voz de los relojes (2000), Juegos de niños (2003), Compañera de celda (2006), Curación (2010), Hagamos caso al tigre (2010), El viaje del vikingo soñador (2015) y Los buenos propósitos (2015). En narrativa, El hombre de los dos corazones (2009) y El mapa de los afectos (2020). Ha escrito también teatro y dos ensayos sobre el mundo del cómic: El cómic hispano (2003) y Diez ensayos para pensar el cómic (2017).