Este thriller psicológico, impregnado de humor negro, acaba de hacer las delicias del público y del jurado del festival Nocturna Madrid con hasta tres premios: Mejor Película, Mejor Director y Mejor Actor.

Amigo pone, en cierta manera, patas arriba las relaciones de Botet y Pareja. No en vano, este dúo de cómicos, íntimos desde hace 20 años, se han enfrentado a un “dramón”. “Queríamos introducirles en un mundo oscuro”, reconoció ayer Martín, a lo que Pareja añadió que la idea surgió del propio Botet.

Rodada a modo exprés en un caserón de la Sierra de Madrid, a la orilla del río Lozoya -“hemos convertido un sitio idílico en un sitio oscuro”-, el largometraje cuenta la historia de un hombre -Botet-, dependiente tras un accidente, que es cuidado por su mejor amigo -Pareja- en un lugar aislado, en el que se plantean “los juegos de poder que se suelen dar en los cuidados”, en los que, a veces, el enfermo es un “dictador” y, otras, es a la inversa.

Es una cinta cercana a La huella, de Joseph L. Mankiewicz, y a Misery, de Rob Reiner, en el sentido de que, como en aquellas, sus personajes también “juegan al gato y al ratón”.

Además de ser una “invocación” a los grandes nombres del terror español de los 70 como Paul Naschy y Narciso Ibáñez Serrador y a sus cintas -“una época en las que las películas eran más libres y menos comerciales”- y pese a estar ambientada, aparentemente, en los 90, Amigo es también una reflexión sobre la actualidad. “Son personajes que están aislados, como lo puede estar aislada la sociedad ahora”, expuso Martín. - Harri Fernández