La firma donostiarra Musealia triunfa en Madrid con una exposición sobre Auschwitz
Con más de medio millón de visitantes en un año y dos meses, la muestra viajará a Nueva York
donostia - Hace diez años, Luis Ferreiro, director de la empresa donostiarra Musealia, quedó marcado por la manera en la que contaba el psiquiatra Viktor Frankl su experiencia en el campo de concentración de Auschwitz. La mirada sin odio hacia los nazis del austríaco germinó en su interior, ya que se propuso realizar algún día una exposición que hiciera reflexionar al público sobre cómo “unas personas normales y no unos extraterrestres” pudieron realizar tal exterminio. El resultado es Auschwitz. No hace mucho. No muy lejos, la primera muestra que coproduce el Museo Estatal de Auschwitz-Birkenau y que cerrará sus puertas el próximo domingo en Madrid para viajar a Nueva York con más de medio millón de visitantes y dos prórrogas a sus espaldas.
“Sabíamos que había mucho interés detrás, pero nunca pensamos en cuántas personas podríamos traer”, confiesa Ferreiro junto a Josean Múgica, otro de los miembros de Musealia, sobre una muestra que se ha convertido en la más visitada de la historia en el Centro de Exposiciones Arte Canal de Madrid.
Desde su apertura en diciembre de 2017, Auschwitz. No hace mucho.No muy lejos ha recibido más de medio millón de visitantes, 1.400 de media diaria y picos de 2.600 los fines de semana. El próximo domingo la exposición echará el cierre hasta el 8 de mayo, cuando se podrá ver en el Museo de la Herencia Judía de Nueva York hasta enero de 2020. Tras visitar La Gran Manzana, el tour no decaerá porque otras doce ciudades de todo el mundo la acogerán.
Para Ferreiro y Mugica el éxito de de la muestra parte del interés de la empresa donostiarra de “hacer exposiciones que nos gustaría ver a nosotros” y de la mirada personal de la colección. “Tratamos de la gente salga haciéndose preguntas de cómo podemos llevarnos por cualquier ideología. Que comprendan que los nazis no eran unos extraterrestres sino unas personas normales; banqueros, empresarios, empleados... como nosotros”, afirma el director.
Con más de 600 objetos originales, de los que el 90% nunca antes se habían visto, y la coproducción del mismísimo Museo Estatal de Auschwitz-Birkenau, que jamás había cedido parte de su colección al extranjero, los organizadores han conseguido “explicar de forma psicológica” la experiencia de quienes estuvieron allí.
De este modo, la exposición “es una mirada necesaria al pasado, pero también un paso más”. “Es ir a lo que ocurrió para construir el futuro. Comprender qué es lo que hicieron y cómo y por qué llegaron a ello para que nunca se vuelva a repetir”, explica Ferreiro.
Múgica, por su parte, cree que esta exposición “era necesaria”, tal y como demuestra la media de edad de 40 años que la ha visitado. “Es una reflexión que debe hacerse continuamente”, apunta.
Con todos estos ingredientes, la muestra ha sido la más visitada del Centro de Exposiciones Arte Canal en sus once años de vida, superando incluso a otras de mayor tamaño.
colección de gran escala Desde que Ferreiro leyese El hombre en busca del sentido, el libro que escribió Viktor Frankl tras salir de Auschwitz, y la apertura de la exposición han pasado ocho años. Entre medias se dio “un proceso creativo laborioso” en el que lo más complicado fueron el tiempo y el espacio.
“El gran problema siempre ha sido cómo explicarla. La primera visita que diseñamos duraba diez horas. Es muy difícil resumir en poco tiempo el holocausto”, afirma Ferreiro, al tiempo que apunta que la muestra actual se puede visitar en tres horas.
Poco a poco y con la ayuda de diferentes expertos y comisarios, los programadores idearon una muestra que arrancase por la liberación del campo para poder saber qué pasó y sobre todo por qué lo hicieron. “El exterminio no era lo más importante, y por eso dedicamos buena parte al cómo se llegó”, añade el presidente.
Las colaboraciones internacionales no tardaron en llegar, y pronto, veinte museos, instituciones y colecciones privadas como Yad Vashem (Jerusalén) y United States Holocaust Memorial Museum cedieron parte de sus colecciones.
No obstante, el gran éxito se alcanzó con la entrada del propio Museo Estatal de Auschwitz-Birkenau, que por primera vez en su historia participa como cocreador en una exposición extranjera.
Mediante su participación, la exposición cuenta con más de 600 piezas que van desde objetos personales de las víctimas como gafas, libros cuadernos y sus vestimentas hasta los uniformes que llevaron los verdugos durante su estancia.
Parte de la arquitectura de Auschwitz también está presente, ya que se pueden ver postes de hormigón, un barracón y hasta un vagón original empleado para transportar a los prisioneros al campo de concentración.
“Son objetos complejos, que requieren de unas condiciones adecuadas y mucha seguridad, por lo que no es fácil reunirlos. Afortunadamente, nosotros contamos con la ventaja de ser una exposición temporal y eso nos permite ir adecuándonos”, añade el director de la muestra.
Para poder juntar todo este material, la exposición requiere de un espacio amplio. En el Centro de Exposiciones Arte Canal la muestra ha estado repartida a lo largo de 2.500 metros cuadrados, una cifra similar a la que tendrá en sus futuros viajes por todo el mundo.
A pesar de ser una firma donostiarra, por el momento la colección no ha recibido “ni una llamada” para ser expuesta en Euskadi. Para los organizadores, el territorio vasco cuenta con un gran hándicap: la falta de un espacio de estas características que pueda acogerla.
Aún así, no pierden la esperanza y confían en que en unos años pueda llegar. Antes, la muestra viajará por todo el mundo impulsada por el gran éxito recibido en Madrid.