“Hemos querido trasladar los debates sobre feminismo que se dan en Perú hasta nosotros”

donostia - La cineasta oñatiarra Leire Egaña participará en 27ª edición del Festival de Cine de Madrid con su cortometraje colaborativo Talka, un documental de corte social sobre la situación de las mujeres y el movimiento feminista en Perú. El certamen comenzó la semana pasada, pero su trabajo no se exhibirá hasta el jueves. Además, lo hará en la sección a competición Femmes, con la que el festival ha querido reunir a concurso el trabajo de 26 mujeres cineastas.

No es la primera vez que este trabajo de la joven oñatiarra, licenciada en Derecho y Ciencias políticas por la Comunidad Autónoma de Madrid y máster en Realización Audiovisual en la London Film School, compite en un certamen, dado que viene de lograr una mención especial en el Festival Internacional de Cine de Ponferrada, en el que compitió en la sección de Igualdad y Género.

Talka nace de una experiencia que no tiene que ver con lo audiovisual, pero sí con la cooperación. Egaña, junto con otras tres compañeras -Idoia Negrete, Oihana Ezkerro y Olatz Godoy- participó en el concurso Gazteak Hegoaren Bila, promovido por Medicusmundi, que le llevó en el año 2016 hasta Perú para conocer el trabajo de esta y otras asociaciones -algunas de ellas reciben ayudas del Gobierno Vasco-. Con Medicusmundi pasaron tres semanas en las que, con la ciudad de Lima como base, conocieron varias zonas y realidades del país.

Egaña destaca la vinculada con la situación de la mujeres. Los jóvenes peruanos a los que conocieron tenían “una mayor conciencia sobre lo que es el feminismo que la que se tiene en Europa”. No obstante, esta realidad contrasta con los numerosos casos de “extrema” violencia de género que viven: “Desde niñas de once años que violan de camino al colegio hasta violencia tanto en el hogar y en la calle”. La oñatiarra residente en Donostia no ha querido mirar la situación peruana desde un paternalismo europeo, sino de tú a tú. De esta manera han intentado visualizar el “choque”, de ahí el título de la obra, en el que activistas feministas buscan romper el statu quo del sistema peruano.

Si bien fue Egaña la que operó la cámara y la que ha montado la obra, fue una voluntad colectiva de las cuatro -que se agrupan como Talka Kolektiboa- la que inició el proyecto como manera de “intentar devolver” algo en agradecimiento de lo vivido y también para visualizar la realidad que conocieron de primera mano y “trasladar los debates sobre feminismo que vivimos en Perú” hasta el otro lado del charco. “¿Hasta qué punto somos feministas aquí?” sería una de las preguntas, pero no la única cuestión sobre la que buscar una reflexión: “Conocimos a mujeres que comenzaron a militar en movimientos sociales en los 70 y reflexionaban sobre cuestiones que habían cambiado y otras que no. Ese mismo debate se podría dar aquí”.

Pese a que el rodaje de los testimonios tuvo lugar en 2016, una situación de “bloqueo” impidió que la obra estuviese lista hasta ahora, que ha empezado a distribuirse en festivales. Además del de Madrid y Ponferrada, participó a finales de septiembre en el festival Panòramic de Granollers y en el Festival Latinoamericano de Cine de La Plata.

sala de montaje En aquellas semanas de 2016, Egaña, Negrete, Ezkerro y Godoy conocieron múltiples realidades, no solo la vinculada con la lucha por la igualdad. Estuvieron con colectivos LGTBI y también tenían material para haber hecho algo sobre el terrorismo de Sendero Luminoso. “A la hora de discriminar con qué nos quedamos, fue una tarea ardua”, confiesa la cineasta, quien añade que al principio desconocía cuál podía ser la duración de su audiovisual.

No es el primer corto documental que rueda Egaña. Pese a que sus trabajos mayoritariamente se han enfocado en la ficción -también ha rodado una webserie titulada The Northern Line Series-, dirigió otro audiovisual Hackney Pirates, que le sirvió como trabajo para su máster en Londres, en el que contaba la labor de la asociación que da nombre al cortometraje, para fomentar la escritura y la lectura entre niños de nueve a once años en el barrio londinense de Hacney.

“La diferencia principal entre ambas producciones es que Talka se ha rodado de forma colaborativa, con lo que te nutres mucho de la visión de las que tienes al lado”, comenta, al tiempo que añade que en esta ocasión ha sido ella la que ha cargado con la cámara, experiencia que le ha gustado dado que ha tenido un mayor control sobre el material rodado.

Después de varias experiencias en ficción y ahora que ha hecho este documental, Egaña tiene en mente retornar a este género en su próximo trabajo y explorarlo más. Tiene en mente desarrollar una producción sobre “la identidad y la tierra”. Para ello, prevé rodar en Euskal Herria y en Costa Rica, país al que viajará a finales de noviembre: “Quería hacer una historia que no estuviese solamente ligada a la tierra como la entendemos aquí, sino a la identidad de quién es cada uno allá donde esté”.