Donostia 2016 se felicita por “completar” el proyecto y ofrecer más por menos dinero
La Fundación expresa su “satisfacción” ante el desarrollo de un programa que ha realizado “una apuesta por lo pequeño”
Donostia - No hubo calificaciones con nota del uno al diez ni frases grandilocuentes como las del primer balance realizado el viernes. Quizá las críticas ante el exceso de triunfalismo hicieron que Donostia 2016 y las instituciones rebajaran el tono y huyeran ayer de los adjetivos calificativos. En su lugar, optaron por ofrecer un balance en forma de avalancha de cifras y datos cuantitativos, todo al objeto de trasladar a la opinión pública el mensaje contenido en el titular de la nota de prensa: “San Sebastián 2016 cierra al año de la capitalidad tras completar el proyecto que comprometió con Europa”. No solo presumieron de misión cumplida, sino que lo hicieron enfatizando un hecho: han ofrecido más por menos, es decir, 98 proyectos en lugar de los 66 previstos inicialmente, a un coste de 46,8 millones de euros y no de 89.
Con semblante demasiado serio para una celebración, los responsables técnicos e institucionales de la Fundación Donostia 2016 exhibieron la “satisfacción” del deber cumplido y se felicitaron por los logros realizados en una concurrida rueda de prensa convocada en el prisma de Tabakalera. Las intervenciones se prolongaron por espacio de casi dos horas y el primero en tomar la palabra fue el director general de Donostia 2016, Pablo Berástegui, quien subrayó el carácter “preliminar” del análisis y avanzó que hasta mayo no verá la luz la “evaluación integral” en la que ya trabajan empresas externas junto a Fomento de San Sebastián. Ese informe realizado “objetivamente” y “al margen de la organización de Donostia 2016” contendrá también un estudio de impacto económico y está por ver si además aportará datos cualitativos que ayuden a entender la desafección de buena parte de la ciudadanía hacia el proyecto, cuestión que ayer no se mencionó. “Sentimos que hemos desarrollado y completado el proyecto, estamos satisfechos con el trabajo realizado”, proclamó Berástegui, que calificó el programa de “ilusionante, complejo y diverso” en la medida en que “se salía de los canales habituales” de las capitalidades.
Valoración de la oficina Xabi Paya, director del programa cultural, se encargó de aportar los datos del balance en una intervención en la que subrayó con vehemencia los hitos conseguidos por la capitalidad. En primer lugar, destacó que frente a los 66 proyectos que figuraban en el libro de candidatura, finalmente se han realizado 98, de los cuales el 72,6% se han desarrollado “con fidelidad al programa” original. Y ello, matizó, con un presupuesto de 46,8 millones frente a los 89 previstos inicialmente, lo que supone un recorte del 53% que atribuyó al “contexto de crisis económica” y a la subida del IVA cultural, que lleva años situado en el 21%, lejos del 8% de los años de candidatura.
Los proyectos programados directamente por Donostia 2016 han dado lugar a 2.436 actividades, pero si se les suman las 617 de la línea Conversaciones -iniciativas realizadas en colaboración con agentes y citas que ya se organizaban en la ciudad- y las 140 de Olas de Energía -subvenciones directas a proyectos ciudadanos-, la cifra total asciende a 3.193 actividades, es decir, 8,02 por día. En lo referido a la tipología de eventos, el grueso de las iniciativas programadas, es decir, el 21,5% de las mismas, han sido talleres, lo cual va en sintonía con el objetivo de “huir de los grandes eventos” para “dar herramientas a la ciudadanía”. Tras los talleres, encuentros y foros, las acciones más frecuentes han sido las proyecciones (9,4%), los conciertos (8,8%) y el teatro (8,5%).
Entre los “logros principales”, Paya destacó aspectos como la internacionalización del proyecto, la participación ciudadana y, cómo no, la convivencia, que se ha trabajado en el ámbito local y europeo. El esfuerzo en cuestiones relacionadas con la violencia, las víctimas y la convivencia en Euskadi es tan “evidente” que Paya lo explicitó con el siguiente dato: el proyecto inicial contemplaba 150.000 euros pero finalmente se han destinado 691.000, lo cual supone un incremento del 360%. A su juicio, algunas de estas actividades se han desarrollado en “condiciones desfavorables” porque “apenas han pasado cinco años desde el alto el fuego definitivo de ETA y las heridas del pasado siguen abiertas”, lo cual impide “que exista un relato o una colaboración totalmente abierta que haya sido refrendada, además, por todos los partidos del Parlamento Vasco”.
Tras agradecer la labor del “equipo de gran calidad humana” que ha trabajado en la Oficina 2016, Xabi Paya concluyó comparando la capitalidad con un campeonato que “ha puesto a prueba a la ciudad y ha sacado a flote lo que había en ella”. “De nosotros dependerá que lo que hemos aprendido nos sirva en el futuro”, apuntó.
balance institucional El diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano, calificó de “tour de force” un proyecto que “ha sido un espejo” de la propia sociedad. “Nos ha retratado como somos a periodistas, ciudadanos y responsables políticos”, opinó antes de valorar positivamente que Donostia 2016 haya sido útil para conectarnos a nuestro entorno y establecer lazos con Europa. También subrayó el esfuerzo realizado en el ámbito de la participación ciudadana y aseguró que la experiencia debe servir para seguir dando “protagonismo a los ciudadanos en la creación”. “A partir de ahora la gestión cultural no se podrá hacer igual”, valoró Olano, quien subrayó que, pese a las dificultades sufridas en su día, “una de las mayores aportaciones” de la capitalidad ha sido el foro de derechos lingüísticos.
“No sé si la gente se percata de la dificultad de organizar 3.000 actividades en un festival que ha durado todo el año”, afirmó Joxean Muñoz, viceconsejero vasco de Cultura, para aplaudir el trabajo de los técnicos del proyecto. A su juicio, Donostia 2016 “no ha sido una megacapitalidad” y ha preferido “apostar por lo pequeño”, lo cual resta “espectacularidad” a la valoración y hace que ésta sea “más difícil”. Con todo, calificó de “muy positivo, bueno e interesante” el camino recorrido y confió en que la experiencia sea un “punto sin retorno que habrá que aprovechar” en diversas cuestiones como la convivencia, la diversidad lingüística o la creación de redes internacionales de trabajo. Asimismo, opinó que el proyecto ha sido una “oportunidad única” para coproducir montajes y colaboraciones que habrían sido imposibles sin la capitalidad como Sueño de una noche de verano: “Ahora debemos hacer una seria reflexión para ver cómo dar continuidad a esas oportunidades”.
Begoña Cerro, representante del Ministerio de Cultura en la Fundación, incidió en los aspectos que citó el viernes en el acto institucional de paso de testigo a Aarhus 2017 y Pafos 2017. De hecho, ella fue la única que habló de “éxito” de modo explícito y alabó un programa que calificó de “audaz y arriesgado”, sobre todo porque ha abordado “nuevos modelos de participación ciudadana”. “Se han vivido cosas extraordinarias que dejarán un legado de futuro. San Sebastián ha sabido aprovechar bien la oportunidad. Ahora toca aprender de todo lo bueno y de todos los errores”, aseguró. Según indicó, hasta el año 2031 no habrá otra ciudad del Estado que opte al título de capital cultural europea, pero consideró que la herencia de Donostia “será fundamental” para quienes quieran presentarse.
Finalmente, el alcalde Eneko Goia se congratuló de haber “cumplido de principio a fin” los compromisos adquiridos “gracias a la participación ciudadana y la colaboración de los agentes culturales y la sociedad civil”. Tras insistir en que se ha logrado “colocar en primer plano el valor de la convivencia”, recalcó que el 15% del presupuesto se ha obtenido de patrocinios privados. Además, la mayor parte de las actividades se han diseñado, producido y ejecutado con agentes locales y “casi la totalidad de la inversión se ha quedado aquí”. Según agregó, “pese a las dificultades la ciudad ha respondido” y los distintos proyectos han permitido integrar a Donostia en “importantes redes internacionales de creación”. Para los próximos años, dijo, el reto debe ser “gestionar” el citado legado para “que los valores de Donostia 2016 nos sigan inspirando en todos los ámbitos” y que los procesos y proyectos puestos en marcha “tengan continuidad”.