donostia - La ciudad belga de Mons y la checa de Pilsen, que celebran este año la capitalidad europea de la cultura, cedieron ayer el testigo a Donostia y a la polaca Wroclaw en un acto que tuvo lugar al anochecer en la Maison Folie (un centro cultural) de Mons. En el acto, precedido por una feria de cerveza (ya que tanto Mons como Pilsen son ciudades productoras de esta bebida), no faltó el toque de humor y los actuales anfitriones regalaron a donostiarras y polacos un kit de supervivencia para afrontar el próximo año, que no estará exento de dificultades además de alegrías.

En representación de Donostia 2016 acudieron el alcalde, Eneko Goia; la concejala Miren Azkarate y el viceconsejero de Cultura del Gobierno Vasco, Joxean Muñoz, que acompañaron a Pablo Berástegui, director de la oficina del 2016, y a Xabi Paya, director cultural del proyecto. También estaban presentes el director general de la capitalidad de Wroclaw, Krzysztof Maj; el de Mons, Yves Vasseur; y el de Pilsen, Jiri Suchánek. El alcalde de Mons, Elio Rupo, ejercerá hoy de anfitrión y mostrará la ciudad belga a Eneko Goia.

presentación en bruselas Horas antes del acto para pasar el relevo la representación donostiarra presentó ayer por la mañana en Bruselas el programa de Donostia 2016, en el que la convivencia y el respeto hacia la diversidad son las piedras angulares. Así lo describió el alcalde, que añadió que el proyecto “nace de la propia necesidad de aprender a convivir utilizando la cultura como instrumento” y que tiene el objetivo de proyectar al resto de Europa la posibilidad que ofrece la cultura para mejorar. “El programa no se basa en infraestructuras, sino en procesos”, señaló Goia, quien aseguró que en un contexto europeo como el actual, con la integración social como uno de los mayores desafíos, esta iniciativa “es más necesaria que nunca”.

Pablo Berástegui añadió que el proyecto busca mostrar “cómo la cultura y el arte pueden ayudar al entendimiento mutuo y a superar conflictos”. “Lo importante no es el programa de actividades, sino cómo estas pueden enseñarnos a convivir con los otros”, resumió.

Así, durante 2016 se sucederán conferencias y talleres en los que se promoverá la reflexión sobre temas como cooperación, derechos humanos, diversidad lingüística y sostenibilidad. También se desarrollarán exposiciones sobre la paz.

El alcalde recordó que Donostia se enfrenta ahora al reto de “construir un futuro a base de paz”, por lo que la convivencia es el mayor reto de la ciudad y también la pieza clave del proyecto de capitalidad cultural.

El director de Cultura y Creatividad de la Comisión Europea (CE), Michel Magnier, presente en el acto, valoró este enfoque y alegó que la cultura “es un motor más relevante que nunca” para fomentar la convivencia. También elogió la participación ciudadana en la elaboración del programa, ya que de las cerca de 450 actividades previstas 123 han sido propuestas por los propios donostiarras, que por ejemplo designaron las localizaciones de unos conciertos que se celebrarán cada mes en distintos lugares de la ciudad.

Seguro de la capacidad de Donostia para afrontar el reto, Magnier celebró la apuesta de Donostia 2016 por la gastronomía, ya que en su opinión es una expresión cultural que “ayuda a la convivencia”. Además de la gastronomía, la música y el cine desempeñarán papeles esenciales en el programa de actividades, que incluye la celebración del festival EMusik, que congregará del 3 al 7 de mayo a 10.500 músicos de 26 países.

El director de programación cultural de la capitalidad, Xabi Paya, expuso su intención de que, además de ser un gran lugar donde exponer películas -en referencia al Zinemaldia-, la ciudad se convierta en un espacio para hacer cine, razón por la que se producirá un filme sobre doce versiones distintas de la ciudad que fomentará la diversidad y la convivencia. - Efe/N.G.