Hay muchas celebridades que han pasado por el quirófano. Algunos famosos se hicieron cirugías para refrescar su look y otros, adictos al botox, han hecho desastres en su rostro y han quedado peor que antes.

Camilo Sesto, cantante de origen español de 69 años, apareció el domingo en Telecinco con un exceso de maquillaje y con retoques estéticos muy marcados, casi irreconocible, pero no es el único. La cirugía de Arnold Schwarzenegger más notable es la de su mandíbula que hoy luce menos pronunciada. Pero a lo largo de los años, ha ido sometiéndose a varias operaciones para aparentar ser más joven.

El actor David Hasselhoff, conocido por su papel en las series El coche fantástico y Los vigilantes de la playa, ha entrado en el quirófano en varias ocasiones. Se ha retocado los párpados, así como ha acentuado su mentón. Y para intentar ocultar sus arrugas Hasselhoff ha caído en la tentación del bótox.

Mickey Rourke fue en los ochenta un sex symbol. Ahora, a sus 62 años, nada queda de aquella cara de chico malo que a tantas mujeres conquistó. El actor se volvió adicto al bisturí. Comenzó corrigiendo lo que él consideraba defectos de la vejez pero el resultado final ha sido un rostro completamente diferente.

Michael Jackson, el rey del pop, fue más allá y no solo se retocó la nariz, la barbilla, las cejas y la boca, Jackson también se sometió a un proceso para blanquear su piel.

Ray Liotta, literalmente, se ha arruinado con su obsesión por el botox y el bisturí. Sus facciones de hombre rudo y fuerte con el que lo conocimos han quedado muy atrás para darle lugar a este nuevo rostro con algunas facciones femeninas.

El rostro de Sylvester Stallone ha quedado muy marcado por el abuso del botox y de otras operaciones plásticas y John Travolta se ha estirado tanto la piel que las redes sociales no han tardo mucho en apodarlo como: el hombre de cera. Su rostro se ha quedado casi sin facciones y su sonrisa es casi nula, pues tiene muy tensos los músculos faciales. - N.G.