donostia- Iñaki Perurena se siente mucho más cómodo cuando habla en euskera, su castellano tiene un acento muy marcado y se nota en un anuncio televisivo que hace para reducir el colesterol. Está encantado con su faceta de actor aunque al principio no lo vio tan claro. Él, que ha aceptado muchos retos en el mundo de la competición cuando levantaba piedras, no dijo que no a este y ahora se mueve como pez en el agua entre cables de cámaras, decorados de ficción y compañeros de rodaje. El plató de Goenkale, donde se hizo la entrevista, ya ha desaparecido porque hace tiempo que la serie grabó el último capítulo, que se emitirá en diciembre.
Mucho tiempo en una serie...
-Comencé en el capítulo 387 y estuve hasta la grabación del último. Más de 3.000 episodios. Es increíble la de cosas que han pasado desde que empecé en esta serie.
¿Pensaba que iba a durar tanto?
-¿La serie o yo en la serie? ¡Qué va! Pensaba que estaría una temporada y a casa. Nadie podía imaginar que la serie duraría tanto. Y tampoco que Imanol, mi personaje, llegara tan lejos.
¿Cómo surgió su presencia en Arralde?
-Me dijeron: “¿Aceptas el reto de trabajar en Goenkale?” Y yo les dije: “¿Vosotros aceptáis el reto de que yo participe en la serie?” Así fue y con el tiempo me di cuenta de lo que era ser actor, me fui haciendo con el trabajo de actor y he tratado de cumplir, no incordiar, yo a lo mío. He procurado que no haya complicaciones. Acepté el reto y he sido muy feliz.
Pero todos estos años en ‘Goenkale’ le han apartado de sus ocupaciones habituales, ¿o no?
-No. Siempre que he hecho cosas nuevas no he desconectado de lo que hacía antes. Llevo 41 años de carnicero, luego de ganadero. He estado 41 años de levantador de piedras. Pero a la vez he estado haciendo otras cosas, una de ellas Goenkale.
También anuncios.
-Efectivamente, el de Danacol. Esto de la televisión me gusta.
Hablemos de su museo.
-Hemos preparado en los últimos años un parque-museo de la piedra y he disfrutado haciendo esculturas y pinturas. Mi última etapa va a estar en ese entorno.
¿Le ha metido el gusanillo de la interpretación a uno de sus hijos, Xabier?
-Le ha entrado a él solito. Seguro que si yo intento metérselo, él no habría querido (se ríe). Ya sabes cómo son los hijos, hacen lo contrario.
Y cómo son los padres...
-Tienes razón, a veces cabezotas somos. Este es actor y el otro levantador. Ellos han jugado entre las piedras y uno cogió ese camino. Este, Xabier, me dice un día que quería ser actor?
Y a usted no le hizo mucha gracia...
-No es que no me hiciera gracia, yo le dije que era un mundo un poquito delicado, que no era un trabajo estable, y eso es verdad. Él está haciendo lo que quería y lo combina con su trabajo en la carnicería.
¿Ha cerrado usted el ciclo como levantador de piedras?
-Después de esta operación -me han puesto una prótesis en la cadera- creo que será imposible.
¿Son las piedras las que le han llevado al quirófano?
-Eso dicen todos. Pero han operado a mucha gente y el 99,9% no ha levantado piedras. Así que no sé qué decirte, son cosas que pasan.
En los últimos tiempos está mucho más delgado.
-Como no levanto piedras grandes, no necesito un cuerpo grande.
¿Qué más aficiones tiene?
-Ahora que dejo la televisión tengo una cosa que aprender: a ser abuelo. Tengo una nieta, es muy bonita y muy pequeña, no tiene aún el año. Sobre todo quiero disfrutar de la vida y eso también hay que aprender a hacerlo, conseguirlo es todo un triunfo.
Se dio a conocer levantando piedras, ¿cree que es un deporte que tiene continuidad?
-Mi hijo lo está haciendo y hay otros jóvenes que también lo hacen, pero están los levantamientos de trescientos y pico kilos y eso pocos lo pueden conseguir.
Volvamos a televisión. ¿Cómo ve a su personaje de ‘Goenkale’?
-¿Imanol? Un bendito, un bendito tontorrón. Se parece a mí (se ríe).
¿Le ha costado aprender los guiones?
-Pues no. Siempre he tenido la suerte de poder memorizar rápido y bien. Eran fáciles y eso allanaba el camino, les echaba una ojeadita y los cogía.
¿Le gustaría hacer otra serie?
-No digo que no, pero está difícil. Si alguien me vuelve a retar y me dan un buen papel, no me importaría.
¿Qué siente con la despedida de ‘Goenkale’?
-Hemos acabado ya de grabar y, aunque acabará más tarde para los espectadores, ya está todo terminado para nosotros. El plató está desmontado y sientes pena porque aquí hemos pasado muchas horas. Yo estoy muy contento de haber podido participar en una serie como esta.