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‘Betibú’, suspense sobre conspiraciones y periodismo

La película dirigida por Miguel Cohan está basada en una novela de Claudia Piñeiro

‘Betibú’, suspense sobre conspiraciones y periodismoFoto: Juanjo Martín/Efe

madrid - La actriz argentina Mercedes Morán es Betibú, una escritora de novela negra metida a investigadora, capaz de impregnar un thriller sobre conspiraciones, corrupción y periodismo de un potente espíritu femenino. “Aquí pasan cosas que no suceden cuando el investigador es un hombre”, explicó a Efe.

“Las mujeres llevan consigo su carga afectiva, familiar, con las amigas, con los tipos. Tiene que ver con una naturaleza muy femenina que atañe a lo solemne, a lo formal”, afirmó la ganadora de cinco de los prestigiosos premios argentinos Martín Fierro, en una entrevista realizada ayer en Madrid.

Basada en una novela de Claudia Piñeiro, autora también de Las viudas de los jueves, igualmente llevada al cine, Betibú es una coproducción hispanoargentina que se estrena en el Estado el próximo 12 de este mes y de la que el director, Miguel Cohan, se “adueñó”, señalo, y le puso “su mirada”.

La película arranca con el asesinato de un poderoso hombre de negocios que aparece muerto en una urbanización de lujo de Buenos Aires. La noticia vuela a la redacción del periódico de mayor tirada, que dirige un español (José Coronado), quien decide encargar a su examante y prestigiosa escritora Betibú (en homenaje al dibujo animado Betty Boop) una columna que ilustre el caso a diario. Así, la escritora se sumerge, con la ayuda de dos periodistas de sucesos (Alberto Ammann y Daniel Fanego) en una complicada trama, que acaba por cuestionar desde la objetividad del periodismo a la limpieza de la justicia.

“Es una película de suspense donde se entremezcla lo periodístico con lo policial y que pone de manifiesto que, muchas veces donde no puede llegar la policía, son los periodistas, con muchos menos recursos, los que llegan, pero aún así luego deben pasar el filtro de arriba”, reflexionó Coronado.

El actor madrileño vuelve a ponerse en la piel de un periodista, esta vez atraído por “lo poderoso, presuntuoso y cretino” que era su personaje, “a la vez que debía enamorar a la chica”, apuntó, lo que le dejaba “un borde muy fino para no pasarse de un lado a otro”. “Por desgracia, estos personajes están a la orden del día”, considera el ganador del Goya por No habrá paz para los malditos, quien destacó, entre las cosas “soterradas” de la película, “esa falta de ética, sobre todo en el cuarto poder, y cómo evidencia que casi todos los que están hoy en las cúpulas se hallan más al servicio de los bancos que de la información”.

“Me interesa cómo una persona puede ser degradada para dejar a otra muy joven al frente de un puesto como jefe de policía, alguien sin experiencia, sin contactos, sin calle: por eso, ahí algo huele mal”, opinó Ammann, por otro lado.

El director Cohan, tras once años trabajando con Marcelo Piñeyro, se siente como un pintor con sólo dos cuadros y en continuo aprendizaje.

“Lo que va contando Betibú es más denso que lo que ocurre en Sin retorno (2010), pero busca contarlo de manera más liviana, con humor, apostando mucho más por la trama”, afirmó.