Sentido adiós a 'funky Claude', fundador del Montreux Jazz Festival

ginebra. Claude Nobs, funky Claude, como lo apodó Deep Purple, murió el pasado jueves. El mundo de la música llora a quien creó de la nada una de las citas más prestigiosas del mundo, el Montreux Jazz Festival, que dirigió con pasión durante 46 años atrayendo a un excepcional elenco de artistas bajo el simple pero efectivo lema "¿Por qué no?"

Contradicciones de la vida, el hombre de la noche, amante de los saraos, murió tras dos semanas en coma a causa de una caída que sufrió practicando esquí de fondo en una pista fácil, cercana a su casa en Caux-sur-Montreux. Tenía 76 años, y desde hacía tres había cedido la dirección del festival para concentrarse en la organización de conciertos especiales en el certamen. Pero su presencia en la programación seguía siendo crucial, su savoir faire, su olfato y su irremediable optimismo.

Él era el viviente ejemplo de este espíritu: en 1965, siendo un simple empleado de la Oficina de Turismo de Montreux, se fue a Nueva York y se presentó sin más en la sede de los míticos estudios Atlantic Records para presentar su idea: la creación de un festival de jazz en su municipio, un pequeño pueblo a orillas del lago Léman. Allí lo recibió su director, Nesuhi Ertegun, quien se entusiasmó con la idea tanto como su ideólogo y le prometió que le mandaría algunos artistas de renombre.

Dos años después, en 1967, nació el Montreux Jazz Festival, que duró tres días, acogió a 1.200 espectadores -el año pasado fueron 200.000- y presentó a Keith Jarrett, que se convirtió en un habitual del certamen, por el que pasarían Miles Davis, Nina Simone, James Brown o Santana.