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Iñigo Arregi exhibe su geometría orgánica en la galería Hip de París

el escultor de arraste presenta sus figuras de acero corten, relieves y serigrafíaEl artista ha planteado la exposición en la capital gala como un aterrizaje en el mercado artístico francés

Iñigo Arregi exhibe su geometría orgánica en la galería Hip de París

Donostia. En el centro de París, al lado del Jardín de las Tullerías y entre la Place Vendôme y el Museo del Louvre, se encuentra la galería de arte Hip, enclavada en una de las zonas más concurridas de la capital francesa. Este espacio, abierto el año pasado, combina exposición y restaurante y pretende romper con los moldes de los marchantes tradicionales y erigirse en un establecimiento moderno y para todos los públicos.

Allí, desde el 29 de mayo y hasta el 25 de junio, el escultor de Arrasate Iñigo Arregi (1954) mostrará su obra. La exposición consta de una treintena de esculturas, unos 20 relieves y dos serigrafías en relieve creadas especialmente para la ocasión. El artista ha planteado su entrada en el mercado parisino como una especie de mirada retrospectiva a las creaciones de su última década. "Tiene un valor didáctico, ya que se pueden contemplar mis piezas a lo largo de diez años", explica el artista. Arregi asegura que durante su trayectoria ha ido formando pequeñas series y que, de cada propuesta, ha elegido una obra, "la que consideraba más representativa", indica.

Aunque algunas de las esculturas que ha llevado hasta la capital gala alcanzan los dos metros de altura, la mayoría son piezas de tamaño medio, que no llegan al metro, y maquetas de esculturas públicas. Y salvo cuatro ejemplares en madera, el resto son de acero corten. La cabecera de la exposición es la maqueta de Udaren ondoan. Arregi considera esta obra "especial, porque se ubicará, a finales de año, en el parque de escultura contemporánea de artistas vascos en Bilbao, en La Arboleda".

No es la primera vez que el escultor de Arrasate expone en el extranjero (sus últimas muestras fuera de las fronteras fueron en Alemania), sin embargo, el cauce por el que encontró galería no fue el habitual. "La exposición surgió de una manera casual", relata, "el galerista de Hip vio una de mis obras en casa de un amigo suyo, le llamó mucho la atención y me llamó. Vino a mi taller de Mondragón, le gustó y me propuso exponer en su galería". Esta forma tan directa de exponer le dejó "desencajado", y más proviniendo de una ciudad con una gran "vorágine de galerías y artistas que están intentando exponer".

juego de formas

Natural y orgánico

El espectador o comprador que se acerque a Hip podrá contemplar el juego de las formas de Arregi. "Mi obra es una fusión de geometría pura y una parte orgánica", la define su creador. "No hay ninguna escultura que sea toda orgánica ni toda geométrica. De hecho, en mis últimos años me estoy volviendo más geométrico". Sus piezas están siempre pensadas para que acaben en la calle, como escultura pública. Por eso, su material preferido es el acero corten. La característica esencial de este tipo de acero es que la naturaleza lo acaba oxidando y este óxido es su protección. "Este juego con la naturaleza funciona muy bien".

Las piezas de Arregi suelen tener una parte donde la materia pesa mucho, normalmente en la base, y otra de mucha ligereza, llena de curvas y líneas, en la parte superior. Aunque el juego que se establece es difícil de ver en las pequeñas obras, en las de gran tamaño "se crea un diálogo, porque con el movimiento del espectador las líneas se van moviendo y entrelazando", explica.

Este lenguaje estético propio, aunque en un primer momento puede parecer limitado, es "sumamente rico", indica Arregi. "Da la impresión de que mi escultura tiene unos límites, que parece que no puedo utilizar toda la libertad de un artista. Y sin embargo no es así, todo lo contrario, es un campo ilimitado. Lo mismo estética que constructivamente, mi escultura tiene un largo recorrido".

Este largo recorrido es el que ahora se manifiesta en París. Al escultor de Arrasate le han presentado como el heredero de la vanguardia escultórica vasca. "Supone bastante responsabilidad" que le califiquen "como el escultor que cierra el capítulo abierto por Oteiza, Chillida y Basterretxea". No solo tiene respeto por su pasado, sino que la galería tiene un "público extremadamente culto". Pero, más allá de la responsabilidad y de acercarse ante una ciudad que no le conocen, lo que Arregi quiere es "sorprender" a su público. Con las bazas con las que juega, no dejará indiferente a nadie.