Donostia. Las tablas de los escenarios se sustituyeron por el fondo marino y los atentos espectadores pasaron a ser lubinas, morenas, y un tiburón toro. La actriz Esther Uria leyó ayer el mensaje del día mundial del teatro, escrito por John Malkovich, sumergida en la piscina de los tiburones del Aquarium de Donostia. Su lectura oceánica simboliza la "ahogada situación" que padece el sector del teatro y las artes escénicas.
Después de esa intervención, dos representantes de Euskal Aktoreen Batasuna (EAK), Kepa Errasti y Belén Cruz, leyeron un manifiesto en el que se adherían a la huelga general de mañana y en el que pedían a las administraciones que revisaran "sus políticas culturales" y que pasaran "a la acción". También mostraron su preocupación por el estancamiento del proyecto de la Escuela Superior de Artes Escéncias y Escenotécnia ESZENIKA, ya que "casi dos años después de presentarse el proyecto en sociedad", a día de hoy la respuesta de la administración ha sido el "silencio".
un retroceso de 20 años "Podemos decir, sin tener datos exactos, que alrededor del 20% de nuestros profesionales, de actores y actrices, no viven de su profesión", aseguró Cruz. Esta falta de trabajo se suple, básicamente, sirviendo copas y dando clases de teatro en las escuelas, según el manifiesto leído.
Aunque recordaron que esta situación no es nueva, los actores señalaron que "los recortes generalizados dejan al sector cultural en una situación lamentable, y tiran por tierra todo el camino andado en los últimos 20 años".
Se da la paradoja, además, de que si bien el sindicato se suma a la huelga, lo más probable es que muchos actores no puedan ejercer su derecho, ya que no se encuentran en "situación laboral".
Uno de los mayores inconvenientes para los actores, según la representante sindical, es que, si bien "hay gente que hoy en día tiene la suerte de estar en producciones teatrales, los ayuntamientos no cuentan con partidas para poder programar".
falta de planificación Cruz criticó la poca visión del Gobierno Vasco a la hora de concretar un plan de cultura. "Llevamos ocho años de estudio, cuatro con el anterior gobierno, cuatro con este pero no hay un plan. Al gobierno anterior se le ocurrió la maravillosa idea de hacer el Plan de la Cultura", explicó, "nos pasamos cuatro años con comisiones, luego ese gobierno se va, viene otro y dice: 'no me gusta ese plan', y vuelta a empezar". Pero "han pasado ya tres años y el Contrato ciudadano de las culturas sigue en estudio". Cruz reclamó acción. "Desde el sindicato lo que decimos es: basta ya de planes y de estudios de viabilidad, haced".
"En los últimos 20 años se han hecho unas infraestructuras en teatros impresionantes, a veces hasta demasiado", señaló la actriz. Sin embargo, no ha habido coherencia en el reparto del dinero. Mientras que han "hecho teatros en todos los pueblos", no hay una programación equilibrada.
cultura Los actores no hablaron solo de recortes, del mal estado del sector y de la poca atención que las administraciones dedican a las artes escénicas, sino también de la cultura. "La cultura nos enriquece, da alas a nuestra imaginación, nos ayuda a comprender el mundo, desarrolla nuestra capacidad para razonar y ser críticos, sin dejar de mostrarnos tolerantes con el que piensa diferente, y es, además, el principal elemento vertebrador de la sociedad", rezaba el manifiesto. Pero, sobre todo, la cultura "produce un placer incomparable con nada".
El Día Mundial del Teatro era la jornada perfecta para reivindicar el papel de este arte en nuestra sociedad. Una vez más, los actores recordaron que la inversión en la creación artística había que entenderla más "como parte de nuestra educación que como un negocio rentable".
Para que la cultura no se ahogue entre los tiburones de la sociedad, para que este manifiesto no sea el canto de cisne del mundo teatral vasco, los actores recuerdan que, como dijo Lorca, "un pueblo que no ayuda y no fomenta su teatro, si no está muerto, está moribundo".