La poesía surrealista de los collages de Pablo Casares
donostia. El establecimiento de la Parte Vieja donostiarra Noventa Grados acoge la obra del poeta y artista amateur Pablo Casares (Donostia, 1972). Las piezas expuestas son collages surrealistas que representan el absurdo a través de uniones imposibles, situaciones trilladas y la reproducción de un mundo onírico, plano y sin referencias.
"Busco un punto de humor y de ironía, un sentido estético para que las imágenes sugieran algo, más que una idea", explica el donostiarra. Por su condición de aficionado, el artista asegura crear por "divertimento". "Lo hago con un afán más lúdico que otra cosa, para pasarmelo bien sin mayores pretensiones, ya que no me dedico a esto".
Los collages de Casares están elaborados por ordenador, pero para exponerlos, ha preferido imprimirlos y recortar cada pieza y luego volver a pegarla "porque les da más textura". El artista prefiere crear en formato digital "para no acumular trastos". La mayor parte de las imágenes que combina las obtiene de Internet, aunque también suele escanear fotografías en papel.
intuición Su proceso de creación es bastante intuitivo, sin ningún proceso conceptual detrás que le enclaustre. "A veces tengo muy clara (una obra) cuando veo una foto y otras veces tengo una idea preconcebida y la propia foto me da pie a trabajarla", indica Casares. Además, la libertad del trabajo amateur le permite que cada obra tenga "su historia y el propio proceso de elaborarlo" le dé la idea del propio collage.
La muestra de imágenes que presenta Noventa Grados surge de su primera exposición colectiva, en la feria de Navidad que organizó la galería donostiarra Errequerre. "A las chicas de la revista Lokalirri (Biarritz) les gustó la exposición y se pusieron en contacto conmigo para hacer una referencia en la revista", explica el autor, "iban a hacer la fiesta de presentación de la revista en Noventa Grados y me ofrecieron poner allí unos collages".
Casares ha publicado varios libros de poesía. Sin embargo, " mientras que en la literatura me gusta algo más realista, las imágenes son más absurdas". Unas obras que, "sin ninguna pretensión", recalca, él refiere a pintores como Magritte o los constructivistas rusos, aunque para este artista sus collages son "un puro juego de imágenes".