Coleccionistas de miradas especiales
El Photomuseum de Zarautz ha rescatado las ediciones que ha adquirido en la última década de Railowsky, la librería especializada en fotografía más antigua de España e impulsora de adquisiciones de imágenes -más- accesibles.
Además de cumplir unos determinados parámetros formales y técnicos, un buen fotógrafo se define porque contiene "una mirada especial que no tenemos el común de los mortales y que le da un valor añadido a una imagen que en muchos casos es cotidiana". Esa mirada fotográfica que capta el instante, que aún siendo cotidiano, se revela especial. Es el criterio de Juan Pedro Font de Mora quien, junto a su hermano José e Ignacio Paes, fundó en 1985 en Valencia la librería Railowsky, especializada en libros, revistas y otras publicaciones dedicadas a la fotografía. Ahora, los guipuzcoanos pueden comprobar su ojo clínico en una exposición que inauguró la semana pasada el Photomuseum de Zarautz y que permanecerá abierta al público hasta el 1 de noviembre.
La Colección Railowsky. Diez años es un resumen en imágenes de un negocio que se basa en la difusión de la fotografía a través de una librería y una sala de exposiciones. Sin excepciones, las muestras han sido exclusivamente fotográficas. En los años 80, una década efervescente en tantas cosas, Railowsky fue pionera en Valencia. "En Barcelona ya había una más antigua, Tartessos, que cerró hace dos o tres años; ahora mismo la librería más antigua especializada en fotografía somos nosotros. Han abierto otra en Barcelona que se llama Kowasa, y luego hay librerías que tocan la fotografía de una forma más lateral. Como fotogalería, en Valencia ya había uno con bastante nombre, Visor, que la inauguraron dos años antes. En Logroño está Camara Oscura, en Zaragoza Spectrum, en Tarragona Forum", enumera.
El destino natural de la colección era el Photomuseum. "Esperemos no acabar en un museo; sería mal asunto, porque significaría que estamos muertos", bromeó.
La exposición está compuesta de 35 fotografías, procedentes de una experiencia que empezó hace diez años, en 1999, y fue bautizada como las Carpetas de Railowsky. "Son ediciones anuales, en las que se eligen fotógrafos importantes, tanto españoles como franceses, italianos o estadounidenses de reconocido prestigio. Cada año se escogen tres o cuatro instantáneas, de tres o cuatro fotógrafos distintos se hacen series limitadas de 25 fotografías de una misma imagen", describe Font de Mora. "Era un intento de lanzar al coleccionismo fotográfico y darle posibilidad no solamente a gente con mucho potencial económico sino también a colecccionistas que con un poco de esfuerzo económico pudieran comprar imágenes de fotógrafos importantes".
schommer, horvat, plossu...
Nombres conocidos
La iniciativa puede presumir de exigencia desde la primera carpeta, en la que figuraba el fotógrafo-poeta Chema Madoz, que expuso en Railowski el año de su fundación, en 1985: fue la segunda exposición de la librería. "La primera fue de Carlos Cánovas, el fotógrafo navarro, y la segunda de Chema Madoz. No era tan conocido pero ya empezaba a despuntar. También estaba Rafael Sanz Lobato, un madrileño que hace fotografía social, con carácter de reportaje antropológico de los pueblos, retrata las costumbres, los años 50 y 60. Y uno más joven, Chema de Luelmo, de Valencia", recuerda el librero. "Todas las Carpetas han llevado esa línea, siempre ha habido varios fotógrafos importantes y alguno por descubrir".
La lista es inmensa: en ella figuran Alberto Schommer, Ramón Masats, Carlos Pérez Siquier, Bernard Plossu, Frank Horvat, Jean Dieazaide... "Todos de primera línea", resume.
Font de Mora admite que uno de los criterios que pesan en la elección del fotógrafo es que sea un nombre "conocido" porque "no hay que olvidar que las Carpetas tienen una vocación comercial". "Pasa como con la literatura, que se vende lo que se conoce; a veces hay fotógrafos de altísima calidad pero que no son conocidos y cuesta mucho más vender. El primer criterio es que tengan un curriculum de prestigio y, a partir de ahí, elegir una imagen representativa, pero eso es menos difícil, porque siendo fotógrafos que han sido Premio Nacional, o han expuesto en grandes museos, suelen tener bastante de calidad donde elegir", explica.
Además de la calidad, las Carpetas también se han ordenado por otros motivos, por ejemplo, generacionales o estilísticas. La edición del año pasado estaba integrada por tres fotorreporteros nacidos en los años 40, que retratan el mundo en blanco y negro en blanco y negro: Koldo Chamorro, que en los años 80 hizo miles de kilómetros en coches visitando pueblos y absorbiendo costumbres para firmar España mágica; Ferdinando Scianna, discípulo de uno de los grandes clásicos, Cartier-Bresson, que actualmente pertenece a la agencia Magnum; y Fernando Herráez, amigo común de los dos y que cuenta entre sus trabajos con un hermoso retrato de las playas del norte de Portugal.
fuerza
Las "joyas"
Con estímulos como estos, el Photomuseum "apostó por esta idea desde el principio: ha comprado desde la primera Carpeta hasta la última", reconoce. Y, al cumplirse el décimo aniversario, rinden homenaje a la iniciativa de la librería valenciana y a su propia intuición.
Ahora, Font de Mora corresponde a los piropos. "Yo conocía de oídas el Photomuseum y me he quedado sorprendido de la calidad que hay en cuanto a contenidos y lo bien estructurado a nivel pedagógico. Encuentras cámaras de todo tipo, procesos antiguos, daguerrotipos... Fotografías de fotógrafos muy importantes...". El experto propone exhibir la colección permanente en una exposición itinerante: "Tienen verdaderas joyas".
Es un buen momento, asume, para aficionarse y aficionar a la fotografía. "En los años 80 costaba más porque mucha gente no la entendía como una expresión artística, pero poco a poco ha ido cogiendo fuerza y ahora en las programaciones anuales de todos los grandes museos siempre hay fotografía: en el Reina Sofía, acaban de hacer ahora una antológica de Alberto García-Alix, y Madoz tuvo una individual en 2000... La fotografía como elemento expositivo y manifestación artística tiene cada vez más fuerza".
Prueba de ello es, según Font de Mora, la feria donostiarra DFOTO, que precisamente, en su última edición, eligió a Railowsky como "librería invitada", recuerda el experto, quien lamenta el cierre del evento promovido por el coleccionista Enrique Ordoñez.
"El problema que le veo a Photomuseum es que no está en Donostia, Bilbao o Barcelona porque la calidad de lo que tienen... Incluso creo que les falta sitio y no exponen ni la mitad de sus piezas. Si lo siguen difundiendo, seguro que cada vez tendrán más visitas", pronostica.