Nada que no pudiéramos esperar de antemano. Al neerlandés Fabio Jakobsen (DSM), caída definitiva al margen, se le ha atragantado el Giro de Italia, circunstancia pronosticable atendiendo simplemente a dos factores. Por mucho que estrenara su casillero hace un mes en la Vuelta a Turquía, el velocista venía completando una temporada más que discreta, descolgándose del pelotón ante el más mínimo desnivel positivo. Y además Jakobsen vive este curso su primer año de los últimos siete fuera del Quick-Step (actual Soudal), el equipo donde se convirtió en uno de los mejores esprinters del mundo. Abandonar la estructura de Patrick Lefevere nunca resulta sencillo para los hombres rápidos del pelotón, y existen varios ejemplos que así lo acreditan.

Los casos

El alemán Marcel Kittel (1988) corrió con la escuadra belga en 2016 y 2017, acumulando en ella 26 victorias: durante las dos campañas posteriores (2018 y 2019), mientras, apenas logró tres triunfos más defendiendo los colores del Katusha, antes de retirarse. El colombiano Fernando Gaviria (1994) debutó como profesional en el Quick-Step, completando cuatro cursos allí y marchándose en 2018 tras haber levantado los brazos en 34 ocasiones: desde entonces (cinco temporadas y media) solo ha sumado 18 éxitos más, correspondiendo únicamente uno de ellos a las grandes vueltas (Giro 2019). El irlandés Sam Bennett (1990) ganó doce veces entre 2020 y 2021 con el Wolfpack (manada de lobos), para quedarse en seis victorias adicionales durante los dos siguientes años (amaga con resurgir ahora en los modestos Cuatro Días de Dunkerque). Y especialmente significativo resulta el caso del británico Mark Cavendish: repescado en 2021 después de tres temporadas sin vencer, lo hizo en quince ocasiones durante su segunda etapa en el equipo, para volver a sufrir ahora con el maillot del Astana. 

Relevos asegurados

Las historias de los nombres citados cuentan con un nexo en común: el Quick-Step permitió sus respectivas salidas al contar siempre con relevos asegurados para las volatas. Y por aquí se empieza a entender que el propio Jakobsen (1996) corra ahora en el DSM. El antiguo equipo del neerlandés cuenta con Tim Merlier, posiblemente el mayor especialista del planeta, circunstancia a la que cabe añadir el giro experimentado en la política de fichajes para la estructura: existiendo la baza de Evenepoel, toca ya contar con más ciclistas destinados a la montaña y con menos para las llegadas masivas. Expuestos todos los datos y dibujado todo el panorama, procede también mirar al contexto individual del amigo Fabio, quizás marcado por aquel espeluznante tortazo en Polonia. ¿O no?

Accidente y recuperación

El 5 de agosto de 2020, en una de las primeras carreras que pudimos disfrutar tras el parón de la pandemia, Jakobsen estuvo a punto de perder la vida al verse arrinconado contra las vallas por Dylan Groenewegen en plena lucha por la victoria de etapa. El triunfo fue a posteriori, decisión de los jueces mediante, para el corredor accidentado, quien no tuvo noticia del mismo al encontrarse ingresado en la UCI, en estado crítico. Fue su 18º éxito como profesional, y tampoco puede decirse que el percance en cuestión haya condicionado el resto de su trayectoria, porque tras la milagrosa recuperación llegarían otros 27 triunfos para alcanzar los 45 en total. El 46º fue el ya mencionado de Turquía, este abril. Y el 47º tendrá no se darán en este Giro, tras el abandono del jueves. Mientras, el propio Merlier pelea mano a mano con Jonathan Milan y Kaden Groves, velocistas que como Olav Kooij o Jasper Philipsen (otros referentes) no han pasado por el Quick-Step y se libran de esa especie de maldición. Hace frío lejos del Wolfpack.

71,8 KILÓMETROS CONTRARRELOJ, UNA CIFRA DE OTRA DÉCADA. El Giro de Italia 2024 celebra hoy sábado su segunda y última contrarreloj, 31,2 kilómetros que, unidos a los 40,6 de la semana pasada, suman un total de 71,8. Si analizamos todas las grandes vueltas de la última década, solo la edición del año pasado en la ronda transalpina (73,2) supera la mencionada cifra, completando este podio particular el propio Giro de 2017 (con 69,1 kilómetros contra el crono). Los más puristas agradecerán esta especie de repunte de la disciplina en Italia, fenómeno al que Vuelta a España y Tour de Francia permanecen ajenos. El récord de la carrera gala durante el período analizado es de 58 kilómetros contrarreloj en 2021. Mientras, la cota máxima de la Vuelta se queda en los 40,9 kilómetros de aquel mismo año, 2021.

EQUIPOS INVITADOS: POLTI KOMETA Y MIRCO MAESTRI, UNA FUGA QUE SABE A VICTORIA. Entre los equipos de la segunda división ciclista manejan estudios económicos y publicitarios sobre la importancia de resultar invitados a una gran vuelta. Al parecer, lucir el maillot propio en cualquier fuga intrascendente de Giro, Tour o Vuelta, durante una etapa llana, significa un impacto de notoriedad mucho mayor que el de cualquier triunfo en una carrera de menor nivel. Alejándonos de la lucha por los famosos puntos y dando por buena la mencionada teoría, podemos deducir que la escapada el jueves de Mirco Maestri (Polti Kometa) con Julian Alaphilippe amortizó ya la participación de la escuadra italiana en la corsa rosa. No fueron solo los minutos-horas de televisión. Fue también lo simbólico de contribuir a un triunfo, el del galo, que entra en la historia.