A punto estuvo Jon Barrenetxea (Gamiz-Fika, 20 de abril del 2000) de perderse en el laberinto de uno de los mercados ciclistas más complejos y volátiles que se recuerdan. El fichaje del ciclista de Gamiz-Fika por el Movistar estuvo a un dedo de truncarse debido a los movimientos que se dieron alrededor de la posible fusión entre el Jumbo y el Soudal.

Después de descartar la opción del Astana, que promovía una estructura alineada para los velocistas con el objetivo de sumar triunfos parciales, el nombre de Barrenetxea estaba en la agenda del Movistar, que deseaba al ciclista vizcaino de 23 años.

Todo estaba encaminado para que firmara dos cursos. Fue entonces cuando se entrometió en su futuro la cuña que alteró todo el movimiento de ciclistas: el rumor y los contactos de una posible mezcla entre el Jumbo y el Soudal. Eso congeló el mercado, absolutamente alterado.

Jon Barrenetxea rueda en solitario. CJR / Sirotti

Un mercado loco

Todos a la espera de cómo se resolviera la posible fusión porque eran varios los ciclistas que podían pasar de tener contrato en vigor a estar libres. Ciclistas muy apetecibles.

"El mercado se volvió loco. Todo el mundo estaba pendiente de lo que sucediera entre el Jumbo y el Soudal. Nadie se movía y las cosas que parecían hechas se quedaron paradas", dice una gran conocedor del mercado ciclista a este diario.

Esa pinza atrapó a Barrenetxea, un ciclista con cartel y que estaba en el mercado. Eusebio Unzué, patrón del Movistar, estaba atento a lo que ocurría entre la estructura neerlandesa y la belga.

Se paralizó así cada gesto en el mercado a comienzos de octubre porque se aguardaba una estampida del Soudal. Se insinuó que sólo seis corredores de la muchachada de Lefevere tendrían cobijo en la nueva formación.

Sin el horizonte despejado, Barrenetxea entendió que no podía quedarse sin sillín en el Caja Rural, donde ha permanecido las tres últimas campañas y aproximó las posturas para continuar porque no estaba nada claro que pudiera acceder al Movistar.

Sucedió que finalmente la unión entre el Jumbo y el Soudal no se produjo y Barrenetxea encontró de nuevo el camino para salir del laberinto y abrir las puertas del Movistar para las dos próxima campañas.