El contacto con los Alpes era una etapa propicia, ideal diría yo, para realizar movimientos tácticos. El Jumbo, que es el equipo más fuerte de la carrera, ha dejado pasar una gran oportunidad. Había terreno más que suficiente para intentar algo. Van Aert se ha metido en la fuga y los únicos beneficios que ha obtenido el equipo han sido los puntos para el maillot verde de la regularidad que porta el belga. Soy de los que piensa que si muestras intencionalidad, aunque no saques un beneficio, hace que el resto pueda ponerse nervioso porque entiende que apuestas a ganar. Creo que era una etapa perfecta para que el Jumbo mostrara al UAE que se va a mover mucho, que no les van a dar tregua y que lo van intentar en todos los sitios. La cuestión es que no ha hecho nada de eso. Creo que se pueden arrepentir por no intentarlo, más allá de que obtengan un rédito. El hecho de presionar puede provocar el error del rival por nervios o por un mal cálculo, pero si no lo intentas es imposible generarlo. Han dejado pasar una opción importante. En cuanto al desarrollo de la etapa en sí, empezamos a ver que ya no hay nombres casuales en las escapadas. Las fugas son difíciles de coger a estas alturas del Tour. La resurrección de Jungels, que llevaba varias temporadas desaparecido, ha sido sorprendente. Incluso diría que para su director. Estaba corriendo carreras de gravel más que de carretera. Ocurre que un corredor con clase y con un contrato largo (se tiene paciencia porque no queda otra), siempre está en disposición de obtener un gran resultad. Ha demostrado que aquella Lieja que ganó no es casualidad. l El autor es exciclista de Once, Euskaltel-Euskadi y Liberty y director del Grupo Eulen.