Donostia. ¿Qué sensaciones ha tenido en el inicio de temporada?

Empecé bien, pero luego unos problemas físicos me apartaron durante un mes. Me fastidió mucho en el momento, pero ahora me encuentro más fresco de cara al Tour.

Pese a la lesión fue décimo en el Dauphiné.

Sí. El Dauphiné y la Vuelta a Suiza siempre se han caracterizado por ser carreras en las que a los ciclistas nos gusta probarnos para ver cómo estamos de cara al Tour. Me encontré bien, y el resultado es my bueno. Eso es señal de que las cosas se han hecho bien, y me sirve para coger confianza y afrontar el Tour más tranquilo.

Pero para el equipo no ha sido tan satisfactorio este comienzo...

La verdad es que no. La cosa está tensa porque no han llegado los resultados, y es lo que más necesita este equipo, sobre todo, por los corredores que tiene. Pero el Tour significa mucho en una temporada, y si hacemos un buen trabajo y conseguimos victorias, todo esto se olvidará. Desde luego, intentaremos hacer lo mejor posible.

Este año Andy Schleck no estará. ¿Ha hablado con él?

Coincidí con él en el Dauphiné, y tenía muchas molestias. El día que se retiró estuve con él en la habitación, y cuando me enteré de que no podría ir al Tour le mandé un mensaje de ánimo. Sé lo que es eso, porque hace dos años me rompí el radio en la misma vuelta, y no pude ir al Tour. Es un palo muy gordo, porque estás a las puertas, con ganas de ir, y de sopetón ya no vas. Pero no queda otra que tirar para adelante.

¿Qué supone esta baja para el equipo?

Andy ha estado los últimos tres años en el podium, y obviamente es una gran pérdida. Quizás este año el trazado no era el más adecuado para él, pero siempre ha estado preparado. De todos modos, tenemos buena gente, como Frank, Klöden o Horner, que seguro estarán en la lucha. La cuestión ahora es replantearse y que el equipo juegue sus bazas de otra manera.

¿En ese replanteamiento qué papel puede jugar Haimar Zubeldia?

Eso lo sabrá Johan Bruyneel. Lo importante ahora es que estoy bien. Pero seguro que en las citas importantes estaré a disposición del líder para ayudarlo en lo máximo posible.

¿Quién será el líder?

Estaremos pendientes de Frank, Klöden y Horner. La carretera decidirá quién de ellos es el más fuerte, e iremos con él.

¿Trabajarán para ganar el Tour con alguno de ellos, o hay otro objetivo?

Sí, lo intentaremos. Será difícil porque este año el recorrido es atípico. Tenemos ese hándicap.

¿Qué tiene pues de especial el recorrido de este año?

Este año hay 100 kilómetros de contrarreloj, y se pueden marcar grandes diferencias. Es mucha distancia. Estos años entre las contrarrelojes y la montaña existía un cierto balance. La gente conseguía tiempo contra el crono, pero lo perdía en la montaña o viceversa. El trazado de ahora tal vez beneficia algo más a los especialistas, porque en llano, volarán.

Entonces, ¿a quiénes ve como principales favoritos?

Wiggins está muy bien y además tiene muy buen equipo. Evans lo ganó el año pasado, y es buen contrarrelojista. También hay que contar con los nuestros, con Van der Broeck... Hay mucha gente, y seguro aparecerá algún otro.

En lo personal, ¿tiene marcado alguna etapa en rojo?

No. Hace un par de semanas estuve con Markel Irizar y Hyder Rouston inspeccionando los Pirineos. Por la cercanía, me gustaría hacer un buen papel en ellos.

¿Le ha sorprendido la ausencia de Markel Irizar entre los nueve elegidos?

Yo quería que estuviera, porque paso mucho tiempo con él entrenando. Pero había una lista de catorce ciclistas y algunos se tenían que quedar sin ir. Al final, en el equipo somos 30 corredores, y 21 no van. No te queda otra que aceptarlo y centrarte en las demás carreras.

Por otro lado, se ha hablado mucho del dopaje y Armstrong estas últimas semanas. ¿Qué le parece?

Estoy aburrido de todo esto. Ya basta. Antes del Tour siempre salen estas acusaciones, sin pruebas. Es hablar por hablar, y el daño que se hace no puede ser gratuito.

¿Cómo quedaría lo del Tour del 2003 si es que a Lance le quitan los siete Tours?

No lo sé, pero no barajo esa posibilidad. Es agua pasada, y no hay que hacer especulaciones. De momento, mientras no se demuestre lo contrario y hasta que no vea pruebas, no se me caerá el mito de Armstrong.