El foro empresarial Zedarriak se propone consolidar a la Comunidad Autónoma Vasca (CAV) como líder en innovación y competitividad en la Unión Europea, para lo cual se deben de afrontar los desafíos del futuro mediante una educación adaptada y la participación activa de la sociedad civil.

A primera vista parecen unos objetivos interesantes que podrían ser asumidos por cualquier ciudadano de la comunidad, pero cuando el director del foro, entre otras cosas, califica como una fantástica oportunidad la industria militar ya no suena tan bonito. Y no olvidemos que a día de hoy ya existen en la CAV empresas, centros tecnológicos, universidades y entidades financieras que se dedican a ese tipo de industria.

Por otro lado, tenemos a la OTAN, que está exigiendo a sus estados integrantes que inviertan más en armamento, cosa que algunos de ellos lo están cumpliendo en buena medida, como buenos acólitos de EEUU.

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Y todo esto para matar. Es lo que hacen las armas, no sirven para otra cosa, sea en ataque o sea en defensa. En vez de dedicar los esfuerzos en construir para mejorar la vida de todos los que vivimos en el planeta, lo que proponen es generar destrucción, miedo, sufrimiento y muerte.

Es terrible que los dirigentes empresariales y políticos estén defendiendo el oficio de matar como un negocio. Se han convertido en mercenarios, porque, como estos, ganarán dinero matando, y, cuanto más, se mata más ganan ellos.

Es también terrible y triste que la ciudadanía no adopte una postura más firme en contra de esta locura. Y que no se diga que no se puede hacer nada. Se podría empezar por movilizarnos en masa en contra de las armas y las guerras y continuar con la insumisión en todos los niveles: cuarteles, empresas, universidades, las calles, etc.

Nunca debemos olvidar que así como en otras guerras se producen muchas muertes, sufrimiento y destrucción, en las dos últimas a nivel mundial murieron unas 23 millones de personas en la Primera gran guerra y otras 60 en la Segunda. Y siguen alimentando la posibilidad de una Tercera guerra. Y es que no aprendemos.

Al final de la Segunda guerra Mundial, en el año 1945 se creó la Organización de la Naciones Unidas para que las naciones integrantes pudiesen reunirse, discutir problemas comunes y encontrar soluciones compartidas que beneficien a toda la humanidad. Esto es, evitar el recurso a la confrontación bélica y buscar las soluciones de forma dialogada.

Sabemos lo que hay que hacer y lo que no. Pongámonos a ello.

¡No más armas. No más guerras!