Orden y desorden internacional

Leer las páginas de la sección Mundo-Internacional de los medios de comunicación te lleva a sentir el absurdo de la guerra. Las guerras son siempre un fracaso de la humanidad. Gastar más dinero en armas que en programas sociales para lograr el bienestar de la gente es un terrible absurdo. Se impone una reducción del armamento militar a nivel mundial y a nivel nacional para poder dedicar muchos más recursos a programas sociales que faciliten el alimento, la sanidad y la educación necesarios para que millones de personas puedan vivir dignamente. Si no se actúa en esta dirección, nos estamos encaminando hacia el precipicio, hacia la muerte ética y moral. Es un absurdo que los problemas de la paz desemboquen en una guerra porque ésta, en lugar de solucionarlos, los agranda de forma desmesurada y trágica. Los problemas de la paz han de afrontarse con valentía y eficacia, precisamente para evitar la guerra. La guerra nunca es una salida ni una alternativa. Me preocupa que el fanático y cobarde gobernante de turno puede desencadenar la guerra (Netanyahu, Putin, otra vez Donald Trump…). Conflictos hay por doquier (Ucrania-Rusia, Palestina-Israel, países islámicos e Irán, China y Taiwán…), pero sería un horror el estallido de una guerra nuclear y mundial. La guerra, a no ser de la propia defensa por una injusta agresión, es siempre un absurdo mayor, que es el de la propia aniquilación.