Reconozco que estamos en el mundo de la tecnología y de la comunicación, de las redes sociales, pero creo que los dos términos del título son importantes. En la civilización de la prisa y del estrés no es frecuente encontrar personas serenas que sepan escuchar, que sepan recibir y ofrecer comunicación, que sirvan de puente a la intercomunicación. En el mundo de las comunicaciones, la auténtica comunicación se ha empobrecido. Quien intenta comunicar lo personal, lo íntimo, con frecuencia se encuentra desasistido.

Permítanme que les cuente lo que un señor le dijo al taxista: "Aquí tiene cien euros, deme conversación y lléveme donde usted quiera". Sobre todo en las capitales de provincia y pueblos grandes, hay personas que padecen la terrible enfermedad de la soledad no querida, del aislamiento más cruel. Se encuentran físicamente rodeado de mucha gente, pero carecen de compañía y no tienen con quién comunicarse. Viven el drama del desierto urbano.

Paradójicamente, hoy, en la era de las comunicaciones, todos estamos faltos de comunicación. Todos tenemos, en cierta manera necesidad de quejarnos, de hablar y de ser escuchados. La necesidad de escucha es sobre todo apremiante en los casos de soledad, de enfermedad o de vejez, porque hoy la moderna sociedad tecnológica, altamente racionalizada, corre cada día más deprisa y no tiene tiempo para la escucha.

¡Envía tu carta!

Si quieres enviar tu Carta al Director, no puede exceder las 30 líneas y debe ir firmada. Debe adjuntarse fotocopia del DNI del remitente y número de teléfono. NOTICIAS DE GIPUZKOA se reserva el derecho de publicarlos, así como el de resumirlos y extractarlos. La dirección de envío es cartas@noticiasdegipuzkoa.eus