Somos Irina y Tania, dos viajeras independientes que nos encontramos de casualidad viajando por Guatemala. Hemos sufrido las consecuencias repentinas de estar en un país en crisis a las puertas de una guerra de la que nadie está informando. Escribimos esta carta para exponer la situación en que está ese país y en la que se están vulnerando la democracia y los derechos humanos. Una situación que, en nuestra opinión, la comunidad internacional tiene el deber de conocer. El pasado 25 de junio se celebraron elecciones y el Movimiento Semilla, con César B Arévalo al frente, obtuvo el 61% de los votos. El 14 de enero de 2024 deberían tomar posesión de sus cargos. Sin embargo, los dirigentes del gobierno anterior están incumpliendo el deseo del pueblo, haciendo todo lo posible para impedir que Arévalo llegue a la presidencia. Por ello, gran parte de la sociedad guatemalteca se está coordinando para exigir que se respete la democracia. El lunes 2 de octubre se inició una huelga nacional indefinida a la que cada día se van sumando más personas, colectivos e instituciones. Se están organizando para bloquear carreteras y manifestarse en diferentes puntos a lo largo del territorio. Piden que se respete el voto del pueblo y que se exija la dimisión de los que, según expresan, llevan años gobernando desde la corrupción y empobreciendo un país rico en recursos y en cultura que se esfuerza para salir adelante después de la guerra civil brutal de hace unos años. De momento, no han obtenido respuesta y continúan con su lucha, dando una lección admirable de valentía, fuerza y unión. Con esta carta, queremos, por un lado, hacer un llamamiento a los órganos de poder internacional para que se posicionen a favor de la democracia de Guatemala y del resto de países que sufren situaciones análogas. Y por otro, instar a la sociedad y a los medios de comunicación para que rompan el silencio sobre lo que está sucediendo y nos solidaricemos.
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